De todos los ojos del mundo, elijo los míos cuando tu los miras
- Elvira sastre
“Todo aquello que no soportamos en este mundo, un día lo encontramos en una persona, y lo amamos de golpe.”
— Djuna Barnes, Nightwood
Sáb., 23 de jul. de 2022
3:27 a. m.
Me evado de mi propia concepción del mundo y mis preceptos se van a la mierda. No he vivido en absoluto. En mi interior se libera un juicio novelesco en el que tomas mi alma y me absuelves de toda esta ruinosa vida sin ti a mi lado. Mi corazón pronto será una supernova de tanto figurarte estrella. Yo, simple mortal, con un cegador ángel en la mente. Demasiado atrevimiento, incluso para el lenguaje. Pero en mi interior se desata un cataclismo sin resolución, así que he bautizado a mis latidos con tu nombre. En mí, eres incurable… Quiero escucharte mil veces hasta aprenderte, respirar tus pueblos y sobrevivir tus besos, contagiarme de todos tus males para comprender tus incendios. Terriblemente bello es este insomnio; e incansable, la memoria.
15 de abril de 2022
Yo no sé qué te he hecho, corazón. ¿Sientes eso?, ¿lo sientes? Eres tú otra vez(...) Nervioso, vas pululando tus latidos para ella. No puedes ir de otra forma, no sabes. Desde que aprendiste a hablar, no has parado de decir su nombre.
Miérc., 10 de feb. de 2021
Y levantarme de golpe cuando la emoción aflore. Sentir cómo se asoma el horizonte en la última parte del camino, sensaciones que van improvisando el mismo juego con mis nervios. Y soy un manojo de nervios. Porque la mera acción puede reemplazarlo todo. Así de frágiles y sensibles son mis ideas cuando no entiendo lo que en el momento voy sintiendo, pero... ¡lo qué voy sintiendo! Entonces, en una sonrisa se me va la voz, por decir palabras, y la vida entera, por no gritar tu nombre.
Juev., 10 de dic. de 2020
Te he encontrado en un poema de Emily Dickinson. Búscate, búscate que seguro te encuentras. Que yo en cuanto lo leí, sentí la urgencia de leerlo en voz alta para que el mundo se enterase de nuestro amor. Porque dime, «si hay personas que no tienen vergüenza luego de decir una mentira, por qué tendría yo vergüenza o reparo alguno en decirte que te quiero».
Vier., 11 de dic. de 2020
De entre el cielo nublado, una sola estrella hace falta para encarnar tu presencia y armonizar el mundo. Es tan fácil prestar atención mientras alrededor tú vas sucediendo. Afuera aguardan los aromas infinitos de las flores; los colores proyectados por la sabiduría de la luz continúan constituyéndose en una gota para calmar la sed de los niños. Tú fuiste como uno de ellos que, maravillada, te convertiste, pacientemente, en traductora de tu propia voz.
La única forma de volver es regresar sin haberse ido. Regresar de no pensar, regresar de no ser, regresar de soñar, regresar de los ojos cerrados. Y también de los ojos abiertos.
Roberto Juarroz (via exnoctambulo)
Ojalá no hubieras pasado nunca. Ojalá te hubieras quedado.
Elvira Sastre. Aquella orilla nuestra
Las veces que le ha importado la curva que se forma en los labios cuando se está inexplicablemente triste (…)