Segundo recuerdo
... rumor de besos y batir de alas... (G. A. Bécquer)
También antes, mucho antes de la rebelión de las sombras, de que al mundo cayeran plumas incendiadas y un pájaro pudiera ser muerto por un lirio. Antes, antes que tú me preguntaras el número y sitio de mi cuerpo. Mucho antes del cuerpo. En la época del alma. Cuando tú abriste en la frente sin corona, del cielo, la primera dinastía del sueño. Cuando tú, al mirarme en la nada, inventaste la primera palabra. Entonces, nuestro encuentro...
Rafael Alberti, Tres recuerdos del cielo
Miérc., 6 de jul. de 2022
7:20 p. m.
No será suficiente. Más aún: sé que verte nunca será suficiente. Hoy ya no es hoy, sino mañana. Hoy, no cruzo esa puerta si no es para ir a los cielos o, en su defecto, para irme de una bendita vez a los infiernos.
Dom., 06 de dic. de 2020
Uno cruza la calle de regreso a casa mientras va pensando en la persona que ama. Qué distintos se ven los contrastes de la ciudad cuando se sabe que existe, en el mundo, esa mujer que representa todas las fuerzas vivas del corazón. El andar se vuelve más firme. Empezamos a distinguir algo más en los fenómenos físicos y no físicos. La vida, que uno tanto valoraba, ahora se vuelve sagrada. Repentinamente el amor se ha posado cariñosamente en nuestro regazo, no hubo manera alguna de evitarlo, y por eso lo defendemos tal como si se hallase hecho de cristal y estuviese en nuestras manos. El amor. ¡El amor es mariposa y flor a la misma vez! ¡Es semilla y fruto en nuestra alma! ¡Es agua subterránea y a la vez bosque seco y por eso también es lluvia! ¡Es sonrisa compartida en medio de una plaza llena de gente! ¡Es su mano de tu mano en cualquier lugar del mundo! ¡Es bendición!
Enero de 2019
Sobre el día y la noche, levantando al viento la mirada del ave negra, un muñeco de felpa ha mirado el océano.
Vi. 6 de agto. de 2022
02:50 a. m.
Soy el agua y tú el roce inesperado; la que provoca esta desatadura del alma. Vida, comoquiera, surtes efecto en mí. Mi piel trastoca a vibración con la sugerente y sutil onda expansiva de tu tacto. Tiemblan labios, tiembla el alma, tiembla mi ser completo sin ti. Esto, tan nuestro, tan de nosotras, no tiene ningún equivalente exacto en el idioma del mundo. Basta decir locura, acaso obcecación. A diario, la memoria es una avenida y mi dirección eres tú, a pesar de los otros, a pesar de ti, de mí… Echo en falta que me pases tú. Cada día, cómo echo en falta que me pases tú.
Sigo prefiriendo jugar con fuego, pero a mi manera
Mensajessinremitente
Lun., 19 de jun. de 2023
Suavemente: de manera suave, con dulzura, sin levantar el tono de voz.
Ojalá estuvieses acá, Eloise. Y me hubieses acompañado a todos los lugares donde fui feliz.
Tomaste de la mano a la tristeza y te la llevaste suavemente() de mi lado.
Creo que, al final, lo he entendido. Si mañana pesara más tu recuerdo, estoy segura de que este no sería el primero en escapar por la gran ventana del olvido; sino, que, aunque se estuviera cayendo el mundo, y dijeses que sólo fue un deseo y que no puedes volver a quedarte, aunque la tristeza regresara a mí, ella vendría con una habitada expresión única de felicidad. No sé qué le haces a los corazones tristes, pero el mío volvió de tu lado con una auténtica sonrisa. Creo que, al final, lo he entendido: estar contigo es como estar con dios.
Quiero acompañarte a todas horas, ser un fantasma en tu corazón; respirar y beber de ti como un canto de esperanza, una unión inseparable y no una alternativa posible. Ya fui hija del silencio, del viento, del tiempo y de cosas amargas, lentas y voraces; pero que tú me expliques y que yo no te entienda es suficiente argumento para volver a ti, a este encuentro, donde imagino que no te vas y yo voy detrás de ti, porque ya no hay refugio en la soledad, porque el único tratamiento acaso para alguna (in)compatibilidad sigue siendo este amor violento que siento por ti.
Estoy en la proyección de una película. Y mientras los créditos aparecen, una señora conversa sobre su llegada a Lima en el año ochenta y siete; que toma pastillas para la presión; y que ha visto rayas o pastelillos en algún lugar hermoso del mundo. Una conversación típica de madres. Una reunión de recuerdos evocados, algunos borrosos y otros tan vívidos e irrevocables para el corazón. Voces por todos lados pero ninguna trascendental. Porque, aunque no encuentro la tuya, toma más fuerza que nunca dentro de mí. Vuelvo a ese recuerdo, a ese día, donde frecuentamos a los dioses y ellos nos devolvieron la sonrisa por primera vez. ¿Recuerdas? Yo lo recuerdo, casi como si lo hubiese vivido ayer y mi tristeza ya no quisiese dejar de sonreír(…)
Miérc., 10 de feb. de 2021
Y levantarme de golpe cuando la emoción aflore. Sentir cómo se asoma el horizonte en la última parte del camino, sensaciones que van improvisando el mismo juego con mis nervios. Y soy un manojo de nervios. Porque la mera acción puede reemplazarlo todo. Así de frágiles y sensibles son mis ideas cuando no entiendo lo que en el momento voy sintiendo, pero... ¡lo qué voy sintiendo! Entonces, en una sonrisa se me va la voz, por decir palabras, y la vida entera, por no gritar tu nombre.
29 de noviembre de 2018
Hilvano ideas hasta tejer el corazón del mar y sentirlo latir desde las profundidades(); las olas retomando sin descanso en la superficie, la pleamar, el sueño, la intensidad del sentimiento...
"El niño observaba con detenimiento la muerte de Dios, con lágrimas en los ojos, mientras todos a su alrededor gritaban y corrían sin sentido. Junto él yacían sus padres, inertes. Las oscuras nubes nocturnas, manchadas con el rojizo del fuego que inundaba la ciudad, empezaron llorar junto a él; el humo y agua saturaron el aire. Las calles se llenaron de ríos de lodo y sangre. Sostenía las manos de aquellos que alguna vez lo amaron. Un hombre que huía de los monstruos que aterraban a todo el pueblo, se detuvo e intentó llevarlo consigo tomando la mano del pequeño. iVamos! Están muertos... -Dijo. -Todos lo están, Dios ha muerto- respondió el niño levantando la mirada hacia la iglesia al final de la calle, cubierta de llamas y derrumbándose lentamente ante el peso de la cantera caliente. El hombre asustado ante la declaración, intentó forzar al niño y justo cuando lograba alejarlo de los cadáveres, un silbido surcó el aire atravesando el pecho del niño. La oscuridad rojiza fue lo último que vio el pequeño, y en su mente resonó la frase: "Dios ha muerto, y el frío que lo envolvió lo hizo saber que él también.»
Erick Centeno