“Madurar es darte cuenta que el amor de tu vida no es una princesa ni un príncipe de un cuento, sino una persona perfectamente imperfecta.”
—
Disperso
“Algunas personas te lastimarán y aún así, actuarán como si tú les hubieses hecho daño.”
— Mogly
Te amo, no importa si crees que eres un estorbo. Te amo, no importa si tú inocencia no les parece correcta a tu familia, para mí eres más que perfecta, te defenderé de todos los que te llamen "enferma" porque no lo eres, no me importa que tengas un autismo leve, no estás enferma, tú eres especial y no por el autismo, si no lo tuvieras igual fueras especial, tú cariño mío, eres arte.
Blue&Pinky
Peach kit
Querer olvidar es un deseo, a todos nos gustaría borrar ciertas cosas, tal vez así podríamos dormir, o algunos no llegamos a ese límite. El olvidar tiene su raíz en la existencia, queremos olvidar varias cosas que nos llegaron a tocar o se hicieron sentir bastante dentro de nosotros. La magnitud que tuvo esa experiencia puede variar en la intensidad, sólo pedimos que se borre de nuestra memoria. Queremos olvidar y algunas veces no podemos y eso nos trae preguntas que nos hacen divagar horas y horas, transcurrimos el tiempo sólo para pensar en como olvidar situaciones que vivimos, le otorgamos mucho valor a las situaciones y eso nos impide olvidar, ese valor que tuvo en nosotros se vuelve fuerte y toma presencia, nadie olvidaría algo que tiene un significado para nosotros mismos. Tal vez tuvo relevancia y nos importa demasiado, pero pasar aferrados a recuerdos y hechos que no se pueden revertir no nos ayuda a poder estar en paz, tal vez sólo hay que aceptar que pasó y querer mejorar, porque deprimirse hasta querer matarnos por sentirnos escoria no nos hace olvidar.
En los viejos tiempos, cuando la magia vivía y respiraba, había una Reina que deseaba un niño. Era una Reina triste, porque el Rey con frecuencia se encontraba lejos, dejándola a solas con poco o nada que hacer salvo su soledad, y se preguntaba por qué su esposo, a quien tanto quería, podía soportar apartarse de ella tanto tiempo y con tanta frecuencia.
Había sucedido que muchos años antes, el Rey había usurpado el trono de su legítima dueña, la Reina de las Hadas, y la hermosa y pacífica comarca del Hada se había convertido de la noche a la mañana en un lugar desolado en donde la magia y a no florecía y la risa estaba prohibida. Tan colérico era el Rey que estaba decidido a capturar a la Reina de las Hadas y obligarla a regresar al reino.Una jaula de oro había sido preparada especialmente para aprisionar a la Reina de las Hadas y obligarla a que usara su magia para divertimento del Rey.
Un día de invierno, mientras el Rey se encontraba de viaje, la Reina estaba sentada junto a una ventana abierta, mirando el campo cubierto de nieve. Estaba llorando, porque la desolación de los meses de invierno le recordaba a la Reina su propia soledad. Mientras observaba el desolado paisaje invernal, pensó en su desolado vientre, vacío, como siempre, a pesar de su deseo. « ¡Ah, cuánto querría tener una niña! —Lloró—. Una hermosa niña con un corazón honesto y ojos que nunca se llenen de lágrimas. Entonces nunca volvería a estar sola» .
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