minianimals
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I primi quindici,
dopo diciassette centimetri
del silenzio rotto.
Poi quattordici,
Più veloce*,
poi dodici,
dieci,
quindici chilometri,
quindicimila,
quindici miliardi—
fino alla distanza
è solo una voce
tra le tue cosce e le mie mani.
Caduta libera in te,
ascesa al cielo:
una vertigine di numeri
che cadono a pezzi
in migliaia di impulsi,
in metri di pelle,
a piedi nudi
entrare nell'abisso.
Los truenos retumbaban como bestias enojadas, sacudiendo los vidrios de la casa. La tormenta de Santa Rosa había llegado otra vez, y con ella, el primitivo miedo: esos árboles gigantes que se inclinaban sobre el techo, amenazando con convertirlo todo en astillas. Mi madre lloraba en voz baja, rezando entre dientes, mientras mis hermanas y yo nos apretujábamos en el sofá, tratando de ignorar cómo el viento aullaba como un lobo hambriento.
La luz se fue de golpe. Un silencio eléctrico llenó la habitación, roto solo por el crujido de las ramas y el llanto ahogado de mamá, que intentó encender una vela, pero el aire se la llevó con un susurro burlón. Quedamos sumergidos en una oscuridad azulada, iluminada solo por los relámpagos que dibujaban sombras monstruosas en las paredes.
Fue entonces cuando la sentí.
Mi prima Ana, esa chica de curvas suaves que hasta entonces apenas me había mirado, se deslizó hacia mí en la penumbra. Primero fue un roce casual, un temblor compartido. Pero luego, entre un rayo y otro, vi sus ojos brillantes, fijos en los míos, antes de que sus caderas presionaran contra mi entrepierna.
No tuve tiempo de pensar. Mi cuerpo reaccionó antes que mi razón, y en segundos estaba tan duro que dolía. Ella lo notó—claro que lo notó—y en lugar de alejarse, se movió con más fuerza, ajustando sus nalgas redondas contra mi erección, como si buscara el calor entre tanta oscuridad fría.
Intenté contener el gemido que me subía por la garganta cuando sus dedos se colaron entre mi pantalón y me agarraron con una urgencia que me dejó sin aire. Sus manos tibias... Me bombeban con ritmo lento pero firme, como si llevara años sabiendo exactamente cómo tocarme.
—Shhh—murmuró contra mi oído, mientras el resto de la familia seguía temblando por la tormenta.
No sé cómo nadie lo notó. Entre los truenos, los sollozos de mi madre y la oscuridad, era fácil esconder el pecado. Hasta que, de pronto, la luz regresó.
Ella estaba ya a un metro de distancia, serena como si nada hubiera pasado. Yo, en cambio, quedé detrás del sillón, con los pantalones manchados y el corazón a punto de estallar. Nadie entendió por qué me escondía allí, ni por qué estaba extraño.
La tormenta siguió, pero ya no la escuché.
Desde esa noche, nunca más temí a los vientos de Santa Rosa.
Solo al fuego que ella había encendido en mí.
( Mayo 2025)escritos de-siesta.
Asi—cuando abro los ojos
y estoy en el paraíso—
veo los tuyos,
y los tuyos en los míos,
y nos perdemos
en el laberinto
de nosotros mismos.
Te besaría desde la sombra
Al brillo de tus pupilas,
Lo húmedo y lo caliente,
Lo caliente y húmedo
como la lluvia en un cristal
bajo el sol de agosto.
@mafer1606
Esta noche te besaría toda,
sin pedir permiso,
como el viento que roba el perfume
a los pétalos entreabiertos.
Llegaría al final del camino
—ese lugar donde la piel
ya no tiene mapa—
para perderme en ti,
en tu respiración lenta,
Fundirme Caótico
Hoy te besaría así y
Rompería las horas sin vos
amontonadas en las esquinas del dormitorio.
@mafer1606
Los escucho ladrar en mí cabeza.
Chao chiquillos, Portense bien.
Kahlo F
Frida Kahlo, 1949. Antonio Kahlo. Gelatin silver print.
Cuídame siempre en nuestra fragilidad.
@mafer1606
"Captain Fantastic"
El momento final donde Vigo Morgenstein toma mate es epico . Imposible no reir con las cenizas yéndose por el retrete, una muestra de aún en el final del final podemos reír de nosotros mismos siempre.
Lineas
Esa idea romantica del amor , sigue siendo como ese cadaver insepulto.
Forever your comfort .
Patio.
En el Jardín.
In the Garden.
Si!
Si, Acepto
Selecciones Literarias
Cómo flechas y Edades!
Envejecer es como un atardecer lento El cuerpo aprende a moverse al ritmo del sol que se oculta, más despacio, más pausado. Te despides del amanecer brillante que fuiste y saludas al crepúsculo que ahora eres.
Cumplir años es como contemplar un río que cambia su curso. El rostro se convierte en un mapa de caminos recorridos, y el cuerpo, en un árbol que abraza sus raíces profundas. Te despojas de hojas innecesarias: las vergüenzas, los prejuicios, y el miedo al invierno que traen los años.
Dejas que el viento lleve lo que debe partir, y que permanezca solo aquello que tiene raíces fuertes.
No, no es sencillo bailar con el tiempo. Es como aprender a caminar bajo una lluvia solitaria, sin paraguas, sin compañía, y enfrentarte al reflejo en el charco que te devuelve un rostro que apenas reconoces.
Aceptas que la primavera no es eterna, que las flores se marchitan, y que todo, incluso la vida, se convierte algún día en polvo que el viento abraza.
Pero en las lágrimas que caen, como gotas de lluvia, se riega la tierra. Y de esa tierra seca, brotan sonrisas nuevas como capullos. Nacen ilusiones como estrellas en la noche, y los anhelos, como aves, alzan vuelo al horizonte.
Envejecer no es fácil, pero es, al final, el arte de florecer en otoño.
Tu tiempo mí tiempo.
Yo siempre eligire a la persona que haga espacio en su vida para mí.
Porque ocupados estamos todos.
PORTADAS CLASSICAS
(x)
Vuelve
Ve , pero vuelve.
Mañanas de Sol...
escuchando que la nada No dice nada pero hace mucho más y el pecho me estalla.
When life feels like this