Siento que moverme duele, cada segundo es una agonía. Duele mucho, me lastima el centro del corazón. La cabeza y las lágrimas lo acompañan. Siento que estoy muriendo por amor. Jamás sufri ni sufriré más que ahora. Soy fuerte, pero no sé cuánto resistiré. Se oye que se quiebra, escucho el golpeteo, escucho el dolor y la tristeza que me ahogan. Quisiera dormir. Si muero hoy, no le digan que fue de amor, no le digan que lo elegí a él y no a mí. Cuéntenle cuánto lo quise, porque a él lo amé como a nadie, porque a él le lloré un rio, porque a él lo deseé tanto que me torturaba. No sé qué pasará mañana. No sé si moriré o sobreviviré. ¿Acaso él me recordará si muero? ¿Me amará incluso ahora que estoy con él? Porque ¿qué es peor que vivir sabiendo que no te ama la única persona con la que te idealizaste y planeaste sueños? Nada. Sufrí, pero ningún dolor se compara al que me provoca su indiferencia. Indiferencia de que esté muriendo justo frente a sus ojos y no haga nada.