“yo soy amor, soy placer, soy esencia, soy pendejo, soy alcohólico, soy tenaz... Yo soy, simplemente soy.”
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No soy alguien que se considera lógico o racional, siempre opto por las decisiones emocionales, dejarme llevar por los sentimientos es lo mío.
Hace aproximadamente dos semanas tome la decisión de volver a mi ciudad de origen y dejar Bogotá, en ese instante supe lo que es ser adulto y tomar decisiones racionales, es duro dejar el lugar donde me siento tan a gusto, tan feliz, tan tranquilo, en el lugar donde puedo ser yo mismo, donde no debo esconderme de nada ni de nadie, en ese lugar que personalmente considero mágico en donde soy totalmente libre.
Empaque un año y medio de mi vida en dos maletas, tres cajas y un morral. Ha sido la decisión más difícil y dura que he tenido que tomar, aun no logro entender por qué siento tanta paz en esta ciudad tan caótica.
El solo pensar en dejar a mis amigos, me destroza y deja un gran vacío en mí, esos seres que transformaron mis días monótonos y aburridos en días increíbles, llenos de amor, diversión, aventura, peligro, adrenalina, risas, abrazos, juegos, fiestas, pijamadas y cenas. Esos hermosos seres que me aceptaron sin reprocharme nada, que también me ayudaron aceptarme más, ellos son la familia que yo escogí, la familia que siempre se encarga de decirme que soy el ser más auténtico que han conocido.
Mis amigos me han dicho “todo estará bien”, “tranquilo”, “devolverte es la opción más viable”, le he vuelto a explicar que dejar este lugar es como abandonar el amor de mi vida voluntariamente, siento que me están arrancando algo que amo demasiado, algo a lo que aún me aferro.
No cambiaría ni un segundo de mi tiempo en Bogotá, a ninguna de las personas que conocí. A veces la vida se encarga de quitarme lo que más amo para que me dé cuenta del valor.
Mientras escribo estas líneas mis lágrimas ruedan por mis mejillas, reproduzco en repetidas ocasiones “Triste y vacía” de Héctor Lavoe y “Me puede” de Carla Morrison. Creo rotundamente en el poder sanador de las lágrimas, me ayudan a desahogarme, a desaguar, a dejar ir lo que duele.
Ahora lo que viene es aceptar, aceptar que debo volver al “infierno”, al lugar donde jure jamás volver a vivir, ese sitio donde me siento asfixiado y aprisionado, en donde a si piense en las “cosas buenas” que tiene para ofrecerme, no logro encontrarme allí, ese lugar me hace sentir perdido y ahogado.
Ha llovido todo el día, he sentido como se le ha roto el corazón el cielo, también he sentido como se desquebraja mi alma. Hoy sentí como el frio y la lluvia de Bogotá me afectaban de una manera inusual, hace mucho tiempo no sentía esa extraña manera en la que me pierdo y no logro reconocerme.
Hoy sentí como esta helada ciudad me tritura lentamente, con mis botas mojadas, mis ojos llenos de lágrimas, mis manos casi congeladas y mi alma destrozada, sentía que cada gota que caía era ese sentimiento de culpa, soledad, frustración, impotencia, decepción y amargura.
Sin aliento, ni ganas de seguir caminando tome un taxi. Ya dentro del auto conecte mis audífonos a mi móvil, no había mucho que escoger en la lista de reproducción, con el clima y esa laguna de sentimientos agobiantes solo quería oír todas las canciones de Carla Morrison y Leonel García.
Mientras veía las gotas resbalar por la ventaba del auto solo pensaba en todo lo que logra hacernos sentir la lluvia, bajo ella nadie nota que estas llorando, nadie logra escucharte, en que no importa a donde vayamos ella siempre estará ahí para hacernos sentir algo, que no importa donde estemos siempre la vamos a oír.
También pensaba en lo afortunadas que son esas parejas que se abrazan para mantenerse cálidos, y así evitar el frio que desquebraje sus emociones.
Cientos de pensamientos más pasaron por mi cabeza en los 40 minutos que tarde en llegar a casa, solo me baje del auto, tome una ducha de agua tibia para poner el cuerpo cálido, ojala también las duchas de agua tibia hicieran sentir el alma cálida. Después de eso, me metí a la cama sintiéndome agotado, sin ganas de nada, pero con ganas de alguien.
Ya han pasado un par de horas y aun me siento frio, no es agradable, creo que hay cierta cantidad de lágrimas por momentos así y ya me acabe las de hoy. Mientras trataba de abrigarme me sentía “sin rumbo fijo” (una frase que nunca creí usar).
Estoy por ahí caminando por algún lado de Bogotá, esperando encontrar la tranquilidad en un puente, la paz en una esquina, la fuerza en algún vagón de cualquier estación, la pasión al lado de un semáforo, y quizá solo quizá el amor en la puerta de mi casa.
En conclusión creo que esta soledad me esta carcomiendo y siento que ya no tengo la capacidad de autor-reparación que solía tener.
¡ESTOY CANSADO¡
Era viernes, tenía una cita con alguien a quien estaba empezando a querer. Fue algo sencillo, nos encontramos en un centro comercial, caminamos durante mucho tiempo, ya un poco cansados decidimos sentarnos en un banco de cemento en un acogedor lugar con una gran fuente, muchas plantas y frente a nosotros había una iglesia.
El lugar es muy pacifico, poco transitado, ahí sentados hablamos de todo un poco, él me contaba de su niñez, de su adolescencia, de su familia, de sus amigos, de su estudio, de sus planes, metas y sueños, también me hablaba de cosas muy específicas e íntimas, e agradaba ya que sentía que estaba depositando su confianza en mí. También le hable de mí y de todo lo que me rodeaba, de todo lo que me había pasado y de todo lo que quería.
Se acercó, me beso… seguimos hablando y besándonos, puso su cabeza en mis piernas para que lo acariciara, así que tome su cabello y lo entrelace con mis dedos, le agradaba aunque le daba cosquillas, con la otra mano tocaba su mejillas suavemente, estábamos muy cómodo; mi teléfono empezó a sonar, no conteste pero me di cuenta que ya habían pasado un poco más de cinco horas desde que salí de casa y antes de salir deje una nota en el refrigerador que decía “vuelvo pronto fui hacerle un favor a la abuela” ¡que estúpido!
El tiempo paso y no me fije en la hora solo cuando el sol se había ido, en ese lapso de tiempo me concentre por completo en él, me hizo olvidar de mi reloj y mi teléfono.
Le dije que tenía que volver a casa, así que de camino lo deje en la estación del metro, nos despedimos y yo seguí, mientras caminaba me sentía tonto, risueño, feliz, eufórico, también sentía un cosquilleo en la panza y sentía que flotaba, algo un tanto ridículo y muy cursi, pero se sentía bien.
Al llegar a casa tenía un mensaje en mi teléfono que decía:
“me hiciste perder la noción del tiempo, me gusta estar contigo, que me cuentes de tu vida, siempre tienes algo por decir, y tus ojitos se ven hermosos cuando hablas de algo o alguien que quieres.
Pd: quería llevarte a cenar, pero eres muy exigente”
Le respondí el mensaje y me quede pensando en lo lindo que había sido el día mientras poco a poco me dormía.
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Jueves, 23 de marzo / 02:45 A.M.
Yo deseaba quererte, pero tú y tu maldito “miedo” no me dejaron, y después descubrí que tu “miedo” tenía varios nombres, cada vez que intentaba acercarme a ti, tú construías una gran muralla, yo que estaba dispuesto a todo por ti, hasta el punto en el que ya no sabía cómo acercarme y mucho menos sabía cómo quedarme, así que decidí alejarme y te dije “adiós” porque el “adiós” es para siempre, para irse lejos, para no volver, para olvidar.
Sé que algún día nos volveremos a encontrar y ahí en ese preciso ínstante espero que te des cuenta de lo mucho que me importabas, de lo mucho que quería quedarme contigo, de lo mucho que trate de mantenernos unidos, pero da la casualidad que eso que yo tanto anhelaba contigo se construye de a dos y tú cariño, tú no estabas ayudando, solo no podía, ya me estaba cansando, me sentía agota de solo dar, dar y dar y no recibir ni un poco. Ahí te darás cuenta que yo, yo soy de esas casi extintas personas que saben amar bonito.
Nos volveremos a encontrar, de eso estoy muy seguro… y tú, tú maldito hijo de puta me vas a extrañar.
#ElviraSastre #Baluarte #Inspiration #Rain #Drops #Cold #Poetry #Literature #SpanishLiterature #Letters #Phrase #Paper #Clip 💦🌧✏📃 (en Bogotá, Colombia)
Si quieres estar conmigo debes comprender que no seré tuyo, jamás seré de nadie, simplemente me compartiré contigo. También debes comprender que te daré felicidad, más no seré tu felicidad. Debes saber que me gusta Mario Benedetti y Frida Kahlo, si de escritores hablamos. Si hablamos de gustos musicales podría decirse que Shakira es mi favorita pero también esta Adele, Lana del Rey, Amy Winehouse, Rihanna, Santiago Cruz, The Beatles, Lorde, entre otros. Me apasiona la moda y las tendencias. Adoro las ciudades de clima frio, mi ciudad preferida es Bogotá, si hablamos de las ciudades de Colombia; amo Nueva York. Si hablamos de colores soy muy clásico, negro, blanco y gris siempre van a ser mis preferidos. Me gusta el cine, adoro la comedia romántica. Mis series favorita son “sex and the city”. Mis cocteles preferidos son los mojitos y el Cosmopolitan, ya que vamos por este tema adoro el aguardiente, el tequila y el vodka, mi cerveza preferida siempre será la Club Colombia Roja. Amo bailar. Me gusta que me consientan, abrazos, besos, caricias, palabras bonitas. Soy sensible, aunque no lo demuestro, lloro por todo, me ilusiono rápido y me entrego como si no existiera el mañana. A veces fumo me gustan los cigarrillos o tal vez algo de hierba. Soy sincero, apasionado, fiel, caprichoso, mal humorado, celoso, hiriente, tierno y cruel. También debes saber que siempre, siempre mis amigos estarán primero y los amo, ya que cuando el amor se acabe me quedaran ellos de consuelo y apoyo, claro que son dos clases de amor diferente. Siempre he pensado que las personas amamos y no queremos, para mí el querer es un deseo y el amor un sentimiento (valga la redundancia) hay diferentes tipos de amor. Solo me he enamorado una vez, nunca he amado, pero que ganas tengo de hacerlo. Me gusta dormir mucho. Soy adicto al celular. Si hablamos de comida es extenso el tema ya que estudio gastronomía y eso con el paso del tiempo lo entenderás.
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Hablamos de sufrimiento, dolor y una vida dura, quejándonos de todo, creyendo que llevamos miles de penas sobre nuestros hombros. Pero en nuestra infancia no sufrimos de poliomielitis que nos dejara nueve meses postrados en cama, no tenemos la pierna derecha mucho más delegada que la izquierda, no tuvimos limitaciones motrices que nos llevaran a tener una infancia repleta de soledad, tampoco un accidente donde se nos fracturara la columna vertebral en tres partes, dos costillas fracturadas, la clavícula y tres fracturas en el hueso púbico, nuestra pierna derecha tampoco se fracturo en once partes, nuestro pie derecho no se dislocó, el hombro izquierdo tampoco se descoyuntó y un pasamanos no nos atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina, mucho menos nos han operado 32 veces para tratar de remedarnos de aquellos sucesos, nos han amputado una pierna por debajo de la rodilla a causa de la gangrena y no hemos tenido tres abortos a causa de todo esto.
Tan solo eso era el dolor físico, si vemos el dolor emocional de aquella mujer a quien su esposo le fue infiel decenas de veces, sufrió de depresión tras la amputación de su pierna, lo cual la llevo a intentar suicidarse en un par de ocasiones, a pesar de aquello el ánimo y la valentía de aquella mujer por todo su sufrimiento físico y emocional la llevan a aceptar depender de una silla de ruedas.
Creo que debe haber un equilibrio entre el sufrimiento y la felicidad, porque el sufrimiento absoluto nos llevaría al suicidio y la felicidad plena a la monotonía. Deberíamos aprender de aquella mujer que después de tanto dolor acepto su condición y dijo “Viva la vida”. No hemos pasado ni por una octava parte de lo que ella sufrió y aun así queremos morirnos y buscamos cualquier excusa sin argumento alguno para deprimirnos, aferrémonos a los bellos momentos que nos da la vida, tengámoslos presentes y dejemos ir aquello que nos ata y nos envenena.
Si las personas fuesen aire, yo sería una ráfaga de brisa en invierno. Si las personas fuesen agua, yo sería una tormenta en otoño. Si las personas fuesen fuego, yo sería un incendio en verano. Si las personas fuesen tierra, yo sería ese abono fértil de primavera y así para todo. Porque soy como un volcán en erupción, un tornado en su clímax, un terremoto en su euforia, así soy, fuerte, intenso, apasionando. Hablo de mi porque soy a quien mejor conozco.
Despertar a las 02:00 P.M. se ha vuelto rutinario los domingos, así el día se me hace más corto. El silencio que se respira en este día es toxico, quisiera quedarme bajo las sabanas y dormir todo el día.
He llegado a la conclusión de que los domingos se hicieron para estar acompañado, tal vez para estar en familia e ir pasear, un almuerzo fuera de casa estaría bien, tal vez para estar con los amigos e ir al cine y luego una cena divertida, o tal vez para estar por ahí caminando con quien amas mientras están muertos de risa.
En mis domingos quisiera estar rodeado de mi familia, amigos y quizá solo quizá alguien más, para llenarle de besos, abrazos, caricias y enseñarle a cocinar. Si es un día soleado vendría bien ir a la playa todos y si llueve estaría perfecto ver una comedia romántica, preparar la cena y sentarnos a la mesa a hablar de esos recuerdos que nos hacen felices.
Pero mis domingos son un antónimo de lo que deseo, son deshabitados, melancólicos, depresivos y emocionalmente fríos.
No eran esos pequeños pedazos de papel llamados fotografías, era lo que transmitían, ese recuerdo inefable, mágico, reconfortante que podía estremecer hasta el más recóndito de sus sentimientos.
Él creía no poder vivir sin su “mitad” ya que eso le hicieron creer durante toda su vida, la convirtió en su necesidad. Después de haberse separado pudo darse cuenta que la vida continuaba con o sin ella, tomo la decisión más valiente y acertada, decidió seguir sus sueños, aquellos sueños que había dejado a un lado cuando la conoció, su sueño más importante era ser el arquitecto de su propio hogar. Retomó su vida, consiguió dos nuevos empleos y se dio cuenta que nadie era necesario, ni siquiera el gran amor de su vida a quien un día le dijo dentro de una iglesia “Hasta que la muerte nos separe”. De una manera metafórica algo murió en ellos, definitivamente era el amor que ella sentía hacia él.
Sin necesidad de ir a juicio él tomó su pluma y firmó el acta de divorcio, así concluía una etapa, era libre de nuevo.
De vuelta a casa decidió rasgar todas las fotografías en donde ella se encontraba, mientras las rasgaba un cortometraje pasaba por su mente ya que aquellas fotos le trasmitían grandes recuerdos. Ya no había nada más que romper, todo estaba roto, incluso su corazón, así que decidió quemar los pequeños trozos de papel de las 270 fotografías, ya que no podía quemar su corazón decidió congelarlo por si algún día en la estación del metro o en las escaleras del aeropuerto o en el ascensor de la oficina conocía a alguien que pudiese descongelar ese corazón y volver hacer que ardiera con gran vehemencia para amar sin cordura.
Afortunadamente no te bese, afortunadamente sólo fue un apretón de manos, afortunadamente solo fue una conversación agradable, afortunadamente no me involucre más, porque para estar con un pendejo que es inestable emocionalmente es preferible seguir con esta soledad ensordecedora.
Recuerdo cuando solíamos encontrarnos en aquél parqué, sentarnos en los columpios, hablar durante horas, reír y tomarnos de la mano. Ahora soy yo él que va al parqué y se sienta en el columpio, sin hablar, sin reír, sin tu mano, sólo. Debí saber que te marcharías, que dirías adiós, que me dejarías, debí suponerlo, pero mi desenfrenada manera de amar no me dejaban ver eso.
Cuando las personas me oyen diciendo “no quiero a nadie en mi vida sentimental, así estoy bien” me hace ver más fuerte, pero de algo estoy totalmente seguro, me hace sentir más solo de lo normal.
Para mi aceptar el hecho de que hace falta alguien en mi vida es complicado porque doblega mi orgullo, por otra parte soy obstinado y me mantengo firme en mi terca opinión.
A decir verdad no me da miedo enamorarme y amar con desenfreno, sin cordura, con pasión, porque para mí esa es la manera correcta de hacerlo, el problema es que quienes llegan a mi vida no están dispuestos a quedarse, tal vez tengo la patología de elegir a seres inestable emocionalmente.
Si algo he aprendido de esto es que no importa si me dejan o me lastiman, estoy hecho de buena madera y no existe gorgojo que pueda dañarme.
He llegado al punto en que acepto y reconozco que quiero a alguien estable en mi vida, pero alguien que tenga miedo de perderme, alguien que me ame de verdad, alguien que me alegre la vida, alguien que me haga sentir un fuerte cosquilleo en la panza, alguien que me estremezca de amor y dulzura las entrañas, porque para estar con un pendejo que no se interese por mí, que deje las conversaciones a la mitad, que no pregunte como estoy o como me siento, que no tenga la valentía de aceptar sus errores, porque para estar con alguien así prefiero quedarme como estoy SOLO.
Sr. mío Don Diego: Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata... Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví. No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno...nó sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres...¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Por que no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada... Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)... Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti... Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo "personalmente", disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, de "amputo" te mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondando por mi jardín. Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz. Se despide quien le ama con vehemente locura, Su Frida.
Era una relación “irreal” ya que era tan perfecta, todo un cuento de hadas, pero lo lindo y lo maravilloso de la vida no dura para siempre.
La relación empezó a cambiar drásticamente, caímos en la monotonía y nos dejamos llevar por los viejos recuerdos y antiguos rencores, cada día todo empeoraba, era difícil comunicarnos, un caos total. Recuerdo que antes nos comunicábamos con gestos y miradas, no había necesidad de hablar, una caricia, un rose o un beso lo decían todo.
Poco a poco nos fuimos alejando hasta el punto en el que uno de los dos se iba más temprano o llegaba más tarde con tal de no vernos. El departamento parecía un lugar fantasma, ya no sonaba el estéreo a todo volumen, el ruido de los sartenes mientras cocinábamos desapareció, las risas mientras jugábamos a las cosquillas se esfumaron.
Yo solía sentarme sobre la barra de la cocina alegremente deslizándome, aún lograba sentarme ahí solo que ahora lo hacía con un trago de tequila mezclado con soledad y melancolía, pensaba que la rutina nos había destruido, pero bien dicen por ahí “se perdió la batalla pero no la guerra”.
Pasaron unas semanas y ninguno de los dos hacia algo para recuperar aquello que habíamos perdido, aquello que nos hacía felices, el orgullo no nos dejaba y los dos éramos obstinados y caprichosos.
Un día llegue a casa y estaba ahí, me sorprendí, ya que evitábamos vernos, camine por el pasillo, me acerque a la puerta de su habitación ya que no soñábamos bajo las mismas sabanas y sobre las mismas almohadas, vi sobre su cama dos maletas grandes, dentro de ellas todas sus pertenencias, respire profundo, me contuve tanto como pude porque en la garganta se me había hecho un gran nudo y los ojos se llenaron de lágrimas, corrí hacía mi habitación, cerré la puerta y me desplome por completo, mis lágrimas bajaron como cual río después de una fuerte tormenta. Empecé a recordar todos aquellos momentos juntos, solo me hice una pregunta “¿Le debo dejar ir o aún hay una pequeña chispa encendida entre nosotros?” me levante, abrí la puerta, salí de la habitación y ya no se encontraba en el departamento, se había llevado todo y con todo me refiero a que también se había llevado una parte de mí y yo quedaba con una parte suya.
Salí del departamento, baje los escalones, abrí la puerta del edificio, vi cómo se alejaba poco a poco, muy lentamente como si no quisiera marcharse, al verle irse me di cuenta lo mucho que le amaba, sentí que se me rompía el alma en mil pedazos, era la 01:43 A.M. me pare en medio de la calle con la mente en blanco, sin poder moverme, sin saber que hacer, totalmente abrumado, de repente estaba cantando:
“… All you need is love
all you need is love
all you need is love, love
love is all you need…”
Las notas salían de mi garganta perfectas y afinadas, dejo de alejarse, estaba ahí oyéndome cantar a unos cuantos metros, se volteó, soltó sus maletas y corrió hacía mí lo más rápido que pudo, vi como rodaban sus lágrimas por sus mejillas, se paró frente a mí y cantamos la última línea de la canción juntos, me dijo “Te ame, te amo y te amare en esta vida y la otra” le bese como si fuese el último beso, como si el mundo se nos acabara, como si se nos agotara el oxígeno, alejó sus labios de los míos y me susurro aquella frase de Beethoven que tanto adoro “Ever thine. Ever mine. Ever ours.”
Después de romperle el corazón a alguien por primera vez, después del primer homicidio, del primer robo, del primer golpe, del primer trago, del primer cigarrillo, del primer porro o la primera pepa. Después de la primera vez todo te da igual, la segunda vez ya has perdido la sensibilidad, tus emociones y sentimientos empiezan a pudrirse, si no estás hecho de buena madera probablemente después de la primera vez ya no sientas nada.
Bajo las sabanas nos mantendremos cálidos y no moriremos de frío en este invierno.
Bajo las sabanas voy a contar y besar cada uno de tus lunares.
Bajo las sabanas voy a palpar los vellos de tus piernas y tu pecho.
Bajo las sabanas vamos entrelazar tus piernas con las mías, tus manos con las mías y viceversa.
Bajo las sabanas voy a recorrer todo tu cuerpo.
Bajo las sabanas vas a anidar en mi pecho para que sientas mi palpitar y viceversa.
Bajo las sabanas voy a llenarte de besos, abrazos y caricias.
Bajo las sabanas nos vamos a liberal y ser nosotros mismos, sin armaduras.
Bajo las sabanas dormirás a gusto conmigo y viceversa.
Bajo las sabanas te voy amar.
Desgarraremos la piel, rasguñemonos la espalda, el cuello, el pecho y los brazos, hasta desatar y desaguar todo el mal que llevamos dentro. Destrocemonos físicamente, ya que el dolor físico es admisible.
Quiero ir a la cama contigo, lo digo de la manera más inocente. Quiero acostarme junto a ti en el césped mientras observamos el cielo. Quiero que caminemos juntos mientras llueve. Quiero llenarte de suaves besos, dulces caricias y abrazos sorprendentes. Quiero observar eso ojos oscuros que tanto me gustan. Quiero que nos sentemos a mirar el alba y el ocaso. Quiero que vayamos a fotografiar el mundo. Quiero saber si me quieres porque quiero que sepas que yo te quiero.
Solo basto con una pequeña caricia, un breve toque, un ligero rose entre mi cuerpo y el suyo, solo basto que estuviese en la cama conmigo, tenerle tan cerca fue celestial, no estábamos ni a centímetros ya que nuestros cuerpos eran uno solo, no estábamos sobrios pero eso no impidió que yo pudiera sentir sus suaves besos y sus dulces caricias.
Era doloroso ya que después del sexo se marchaban, pero esa vez fue distinto, ya que era la primera persona que se quedaba junto a mi después del sexo, eso me cautivo de tal manera que dije en mi mente “me gusta, me gusta mucho y mucho es poco para lo que estoy sintiendo” desde ese momento no pude sacarle de mi mente.
Todo inicio con una simple caricia, no me pude contener, así que me voltee y puse mi cara junto a la suya, al instante nuestros labios estaban juntos, cada vez que sus labios se rosaban con los míos sentía que estaba un poco más cerca del cielo, sus caricias fueron perfectas ya que lo hacía con ternura, acariciaba mis brazos, mi pecho, mi espalda, mis piernas, cada vez que me tocaba mi cuerpo se estremecía y pedía que sus suaves manos no se apartaran de mí.
Dije: - Abrázame por favor.
No respondió con palabra alguna, pero puso su pecho junto al mío y entrelazamos nuestras piernas, me abrazaba de una manera protectora y acariciaba mi cabello con dulzura, hasta que me dormí.
A la mañana siguiente abrí mis ojos y mi pecho estaba junto a su espalda, nuestras piernas entrelazadas al igual que nuestras manos, mis manos y las suyas encajaban a la perfección, quería congelar ese momento, quería quedarme así por siempre.
Me gustaba de tal manera que ni yo sabía cómo describir, me gustaba su voz, me gustaba su cabello, me gustaban sus ojos que parecen orientales, me gustaba su estatura, me gustaban sus labios, sus dientes y su sonrisa, me gustaba su nariz y eso que es un poco grande, me gustaba la manera en que me miraba, me gustaba cuando decía mi nombre, me gustaba cada parte de su cuerpo, de su ser, se su alma y de su espíritu, me gustaba completo así como es, con sus perfectas imperfecciones, no le hubiese cambiado nada, porque esa era su esencia, su ser, su personalidad.
Para olvidarte tuve que recorrer diferentes cuerpos, palpar muchas manos, contemplar cientos de lunares, besar varios labios, perderme en unas cuantas miradas y todo esto, para no volver a ti.
En esta madrugada, sin sueño alguno, con un gran insomnio, me siento bien conmigo, con lo que soy, me siento en paz. En este preciso instante estoy bien, no sé cómo me sentiré en unas horas, pero horas atrás no me sentía bien, así que a pocas horas de que amanezca me voy a la cama sin compañía, sin un beso, sin un abrazo, si una caricia, sin un “te quiero”, sin un “descansa”, sin un “buenas noches”, sin un “te amo”. Solo yo y nadie más, pero saben, esto me agrada, ya que me doy cuenta que no necesito la compañía de alguien para sentirme bien, para sentirme completo, para ser feliz.
Ya no éramos un par de extraños, ya que sobre la chimenea habían muchas fotografías nuestras, pronto nos fuimos convirtiendo en una familia. Nos tomó tiempo volvernos a encontrar, pero vaya, valió la pena, la espera, los riesgos, el tiempo y todo aquello que nos separó. Juntos fuimos construyendo algo importante, nuestro hogar.
“…bueno, tal vez no, definitivamente no, porque simplemente no soy tú, tampoco es mi intención intentar comparar los problemas de cada persona, ya que los niveles de dificultad son totalmente subjetivos.
Puede ser que para alguien lo peor que le ha pasado en la vida ha sido perder a su mascota, mientras que para otra ha sido ver como pierde a su familia frente a sus ojos y muy probablemente a los dos les haya dolido igual, al punto al que voy es que no intentes mirar cuan mala o buena ha sido tu vida, no tengas presente el dolor que has sentido o que probablemente sientas luego.
Cada caída y cada golpe nos permiten aprender y ser más fuertes para los problemas que nos depare la vida. Si tu profesión te hace feliz, enfócate en eso, olvídate del resto, si hay algo que te entristece, apártalo y no dejes que te afecte más.”
Después de una noche de sexo, alcohol y cigarrillos ¿Qué queda? Un vago recuerdo y un gran vacío. Ya te cansas de follar y follar e irte a la cama con alguien que a la mañana siguiente no recordaras su nombre.
Luego sientes que te hace falta algo, cosas simples a las que no le damos tanta importancia como un abrazo, un beso, una caricia, un “buenos días”, un “buenas noches”, un “descansa”, un “te quiero”, un “te extraño” y unos cuantos “te amo”. Empiezas a sentir la leve necesidad de estar con alguien que llene tus vacíos emocionales y que este ahí para ti cuando te encuentres en desolación e inicia tu búsqueda por el amor y esperas encontrar a alguien que llene tus expectativas, alguien que te haga sentir ese fuerte cosquilleo en el estomago y te saque sonrisas con el simple hecho de verle, alguien que te tome de la mano y te lleve a dar un paseo, alguien con quien puedas tirarte a la cama y comer helado mientras ves una película, en fin alguien que te ame.
Entonces empiezas a comprender que la vida no es plana, que tiene sus altibajos, que todos los días van a tener momentos de felicidad, de tristeza, de amargura, de dulzura, de odio y de amor, que siempre te hará falta algo o alguien, en ocasiones nos encontraremos solos, vacíos y destrozados.
La vida es una carretera con curvas, subidas y bajadas, donde van entrelazados la lógica, los sentimientos, la razón y las emociones. La mayoría de las veces tendrás que elegir si quedarte o irte.
Me gusta sentir la brisa en mi cara y las caminatas largas
Me gusta la poesía y la literatura.
Me gustan las caricias sinceras, los “te extraño” constantes, los sentimientos puros.
Me gustan las sonrisas tiernas, las miradas románticas y las voces arrulladoras.
Me gustan las mañanas frías, las tardes nubladas y las noches lluviosas, en general los días grises.
Me gusta acompañar todo con un café, un chocolate o un té.
“Querido amigo tal vez no te agrada esto, espero comprendas que tenerte cerca es maravilloso, por tanto procederé a juntar tus labios con los míos, ya que no logro resistir las ganas de ti, de tu sabor, de tú dulzura, de tú sentimentalismo, de tu razón, de tu lógica. A fin de cuentas las posibilidades de que volvamos encontrarnos son pocas, si la vida nos tiene destinados algún día seremos y estaremos” - Luego de haberle susurrado esas palabras al oído, le beso como se besan pocas veces en la vida, con el alma y el corazón, después del beso se levantó del césped y fue alejándose poco poco. Esa fue su despedida.
Sabes yo confio en ti y estoy seguro que la harás feliz, porque yo sé muy bien que las personas inteligentes como tú saben arrullar con frases, conquistar con versos, enamorar con poemas. Espero por favor puedas perder la lógica y la razón amándola, porque para mi la única manera correcta de amar es perdiendo la cordura.