SUFRIÓ su pasión, rió su reír, cantó su canción... ¡y se fue a dormir!
Se marchó risueño después de cantar, y tal es su sueño, que no tiene empeño, ¡ay!, en despertar.
Sufrió su pasión, rió su reír, cantó su canción... ¡y se fue a dormir!
AUN CUANDO el mundo entero, borracho de crueldades, a proclamar llegara el culto de la fuerza, la destrucción del débil, el aniquilamiento de todos los pequeños, tú, poeta, en el fuero de tu conciencia libre; tú, en el humilde campo de tu acción, de tu vida, ¡sé misericordioso! ¡Sé cordial, sonriente, humano, siempre humano!
¿VERSOS autobiográficos? Ahí están mis canciones, ahí están mis poemas: yo, como las naciones venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada, no tengo historia: nunca me ha sucedido nada, ¡oh noble amiga ignota!, que pudiera contarte.
Allá en mis años mozos, adiviné del Arte la armonía y el ritmo, caros al Musageta, y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta. -¿Y después?
-He sufrido como todos y he amado.
-¿Mucho?
-Lo suficiente para ser perdonado...