Darnos cuenta, ver, tener claridad, es el primer paso para movernos. Cuando nos damos cuenta, es porque estamos listos para hacer los cambios. La (nuestra) transformación comienza en el darnos cuenta.
Pequeños pasos, medianos, y/ó grandes surgen del darnos cuenta.
Es fundamental que podamos ver cuál es/ha sido nuestro rol en la dinámica, para poder movernos de ahí, para no jugar más los juegos que nos hacen daño.
Confiemos en nuestra voz interior y movámonos desde el amor a nosotros mismos.