Espere tranquilo a que llegaras, como cada noche desde que nos mudamos juntos. Prepare la cena, coloque la mesa y encedi las luces para que vieras que sigo aqui. Que soy yo quien se desvela por ti cada noche.
Pero no llegaste. No, no fue una sorpresa.
A la mañana siguiente, escuche tu escusa con cautela y me la tome como una pildora pesada con el café previo al dia. No hice gestos ni reclame nada, no recogi la mesa ni apage las luces.
ㅡTe amoㅡdijiste, con los labios inchados de tantos besos. Besos que yo no te diㅡ, lo hago, lo sabes. Lo sabes, ¿no?
Agarre mis cosas, le di un trago más al café y cruce la puerta de la entrada.
ㅡYa no te amo, ya nunca más.
Y nunca más volvi.