¿Quién dijo que iba a ser fácil?
Yo sé que te sentaste en tu habitación y soñaste, pensaste y deseaste que todo fuese de una forma específica.
No te preparaste para el cambio, o tal vez si lo hiciste pero incluso el cambio no fue lo que esperabas.
Tal vez ahora no lo es, y todo parece difícil. Te cuesta, te duele, y no es justo porque deberías estar disfrutándolo.
Así que disfrazamos esa disconformidad con bromas, hacemos chiste sobre las inseguridades porque si nosotros mismo empezamos la broma entonces ya los demás no podrán hacerlas a nuestras espaldas.
O tal vez solo yo lo hago.
Tal vez esto es solo obra de mi propia inseguridad y miedo, miedo al error y al no tener tiempo de enmendarlo.
Empecé escribiendo esto para alguien allá afuera pero no pude evitar contar un poco de mi historia.
Todos van a tener una opinión, si está bien o mal, si es mucho o si es poco, si tendrías que hacerlo desde el alma o desde el bolsillo. Todos siempre tienen alguna palabra guardada para el momento en donde dejes a tus ensoñaciones escapar por tus labios.
Me tomó tiempo, muchas lágrimas y dolores de cabeza, el impaciente movimiento de mi pierna con nerviosismo, me tomó tiempo poder agarrar aquello sentimientos de la mano y decirles que era hora de hacer las paces.
Porque ya no quiero pelear, pero de nuevo ¿quién dijo que sería fácil?