Bro what if Stanford and Fiddleford have already had sex, but Fiddleford erased that from Stanford's and from his own mind??
Palabras: 4,338
Extracto: Él era tan pequeño a su lado, podía caber en la palma de su bidimensional mano y pelar capa milimétrica por capa milimétrica para hacer lo que le diera la gana con la materia prima y los residuos. Goce previo en este momento repulsión por lo sentido.
Maldición escrita: Vi a alguien que pedía esto en Tiktok y lo hice. Descripciones de locura y más locura, comportamiento suicida, manipulación, paranoia, tipo de trauma religioso, representaciones explicitas de autolesión (pensamientos y acciones) y tal vez temas más delicados, ten esto en cuenta, MDNI. Esto es básicamente mi testamento en donde confieso que necesito terapia, me la pasé busque que busque sinónimos para esto. See ya darlings!
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Caminaba entre nieblas de un limbo penumbroso… si es que hace sentido dicha descripción tan vaga, ponía mi atención a cada paso que daba pero no lo sentía, casi como si de un sueño se tratase hasta que esta fue redireccionada, algo se escuchó a lo lejos y me pregunté qué podría ser. Cargaba consigo un aire siniestro, tintes perversos que goteaban de manera flemática, lo prohibido,la tentación, el pecado que tal como su pasaje sedujo a acercarme, así, poco a poco no sólo era un cántico insólito sino también un olor particular, una sensación que erizaba la piel pero como todo aquí estaba lejos de comprender.
El tiempo se distorsionó y mi mente cayó en una espiral de la que ni siquiera sabía que había entrado hasta que al verme en un reflejo lúgubre una realización develó, era yo.
Ese olor, ese sonido, todo… no era más que mi propio cuerpo, aquel recipiente vacío y a su vez putrefacto que anda sin rumbo a la espera de un final pero incluso si sucumbiera ante las garras de la mortalidad, sé que mi cadáver no sería más que veneno para esta tierra que ahora maldice mi existencia. Suplico misericordia aún si no soy merecedor y cómo hereje recibo cruel castigo que acecha en lo más profundo de mi ser, lo que desde un inicio me carcome, lo que me llevó a este estado.
Un simple acto como el desliz de unas cortinas se sentía tan traicionero, le estaba dando la espalda y dejándolo a la deriva. Se lo merece, después de todo lo que hizo era absurdo que pensara que recibiría alguna defensa de su parte. Colocó el recordatorio de la herida recién hecha en la basura y trató de conciliar el sueño pero en ningún momento pestañeó, los minutos pasaban ignorantes a su situación y emociones tan abrumadoras que parecían burlarse sin decoro. Había encontrado una motivación que se esfumó a la misma velocidad con la que llegó, tenía que hallar otra meta, un propósito, algo que le diera lo que siempre ha añorado.
Los días transcurrieron sin algo recalcable, una rutina ciega y cansada entre pasillos, salones y su dormitorio con el cambio irregular de ir a la biblioteca o las charlas con su compañero de cuarto, con quien compartía ciertas aficiones. Se trataba de convencer que lo disfrutaba que a pesar de ser un resultado no esperado podía sacarle provecho y demostrarse a sí mismo que los demás estaban equivocados, que él era mejor.
Al tomar la decisión de vivir en Gravity Falls fue cómo si esa pequeña llama luchara por seguir incandescente y quisiera hacerse más grande. Podría tomarse como una huída de su hogar de cierta forma, kilómetros y kilómetros de distancia entre sus padres lo cuál no hace mucha diferencia de lo que era en Backupsmore.
Todo era distinto, una nueva vida a la cuál no dejaría que nada ni nadie la estropeara. Y así fue por bastante tiempo, no había día o noche en la que no encontrara alguna cosa fascinante, una distracción y un alivio temporal a sus pensamientos que más le abatían pero luego, tal rosa, se empezó a marchitar y los pétalos cayeron. Dejando de nuevo un apetito voraz.
¿Y qué pasó cuándo la serpiente se le acercó? Cayó en el engaño. Tan desesperado por una pizca de reconocimiento, la aceptación… ¿Y qué persona podría resistirse ante un ser más grande que su propia existencia? Era todo un honor ser el predilecto de tan excelsa presencia, un ser poderoso que sí respondía a sus ruegos, a sus dudas, donde creía caminar en el mismo piso que este y no por debajo como por tantos años fue con los de su especie, por fin era un igual.
Un caída en picada hacia la veneración.
La noche era más pálida que la propia luna, sus emanaciones se trabucaban al pasar por los vitrales con motivos que con mi propia voluntad repartí por toda mi morada. Inmerso en mis inscripciones Bill merodeaba en el mismo espacio y cututeaba de cosas a las que no les prestaba suficiente cuidado ya acostumbrado a sus acciones. Al terminar mi último trazo coloqué la pluma a un lado y cerré el frasco de tinta para dejar reposar y por lo tanto secar el contenido de la página.
"Oye, Seis dedos" giré mi cabeza y lo primero con que se encontraron mis ojos fue con el triángulo reflejando mi apariencia, arqueé la ceja hasta que prosiguió "Apuesto que no esperabas encontrarte con alguien tan guapo, ¿Cierto?" río para volver a su color, chasqueó los dedos y me apuntó "¿Entendiste mi juego de palabras?", "Claro que lo entendí, es algo bastante simple para no hacerlo" ajusté mis lentes antes de cerrar mi diario , levantarme de la silla y caminar para dejarlo en el estante junto a los otros libros de mi colección.
"Te demeritas mucho, ¿No crees? Date un poco de crédito" giró sobre sí mientras avanzaba conmigo "Me doy crédito, sé cuando las cosas son fáciles, Bill" volteé mis ojos y salí del cuarto, en las escaleras estaba atrás de mi "Eso es porque eres muy inteligente y perceptivo, no cualquiera lo hubiera entendido la primera vez o la segunda" ante estás palabras sonreí pero no por mucho ya que el día me había agotado bastante para utilizar mis músculos. La cabaña tan solitaria como el día que se terminó de construir, por una parte era tranquilizador no tener que lidiar con esos ruidos resultado de hábitos molestos de otras personas pero por el otro lado se llegaba a sentir de más la soledad… por lo menos tenía a Bill a mi lado, aún si llegaba a desesperar pero muy rara vez. Tal vez debería realizar una estadística sobre eso.
"Es mejor así como estás si me lo preguntas" volví a escuchar su voz pero esta vez no le miré, bajaba escalón por escalón hasta por fin llegar a la planta baja "¿De qué hablas?" realmente no tenía idea, "Nadie te merece, Ford" aquella confesión me intrigó ahora en la cocina dónde no prendí el foco y sólo abrí uno de los cajones de la alacena por un vaso "En serio, digo, sólo mírate seis dedos; atractivo, inteligente, gracioso, organizado. Eres muy bueno para los demás" se puso en mi campo de visión y cruzó los brazos "Y dudo mucho que te conformarías con eso de todas formas".
Las circunstancias que llevaron a tan fatal encuentro…
Cerré mis labios y me quedé callado, sus palabras como gasolina para que pensamientos y especulaciones se anidaran en mi cabeza "Eso nunca lo sabremos, son acontecimientos contrafácticos y situaciones hipotéticas"tomé del vaso que previamente llené de agua "Además, suena como si fuera un narcis…", "Oye, oye, para tu carro amigo" Bill empujaba y jalaba sus brazos en el espacio entre él y yo "No lo digo con esas implicaciones, eres muy humilde Stanford" movió su cuerpo de tal manera que daba la impresión de sacudir la cabeza, alzó los brazos "Todo lo que estás haciendo beneficiará a la humanidad, para mi eso es no ser un egoísta, todo lo contrario" se acercó y colocó su codo en mi hombro derecho.
"A lo que me refiero es que estás mejor así" con la mano abierta del otro brazo me señaló moviendo de arriba a abajo está para enfatizar su punto "Eres más feliz de lo que pudiste ser de no haber sido así" yo seguía con los ojos puestos en él sin hablar "Te lo enseñaré" se alejó un poco para extender su brazo "Confías en mí, ¿Cierto?". Me era algo extraño que Bill solía preguntar acerca de mi confianza hacia él con la frecuencia en que lo hacía, pero siempre supuse que al ser alguien con sus poderes era normal, después de todo era lógico que al darme conocimiento y su amistad necesitara saber que yo no haría mal uso de su generosidad.
"Por supuesto que lo hago" tomé de su mano, su ojo se curvó "Siempre puedes confiar en mí, Sixer".
La cabaña se empezó a desmoronar y con brusquedad el entorno se modificó a una construcción impecable que no reconocía, al menos no al instante, las risas y platicas llenaron mis oídos mientras que mis ojos se aventuraban a acostumbrarse a los adentros, el sonido de unas puertas abiertas me hizo rolar ligeramente dónde vi algo que me estrujó el corazón, al frente de butacas y más butacas ahí estaba yo, caminando en el escenario con una toga, recibía mi título y era claro. Me estaba graduando de West Coast Institute of Technology.
Era algo irreal verme en esta situación, el ver como mi rostro reflejaba verdadero entusiasmo y felicidad al lograr uno de mis tantos sueños que tuve en la adolescencia. Mis padres estaban ahí, Stanley estaba ahí y su rostro era una mezcla de orgullo y alegría por mi; decepción, soledad y duda en esos pequeños detalles. Continuaba con una celebración familiar hasta que la escena cambiaba por segunda vez donde ahora trabajaba de inventor en una especie de empresa, sabía que el tiempo avanzaba gracias al calendario ficticio, lo que en un inicio llenaba de motivación al Stanford en frente de mí ahora le producía desdicha al ser limitado por su contrato, ya no tenía tiempo de sus propios proyectos o la familia con la que mantuvo contacto.
Y cambió todo de nuevo, me hallaba en Backupsmore y otra posibilidad se desenvolvió, conocía a alguien y desarrollabamos sentimientos el uno por el otro para luego, ¿Casarnos? Eso sería una pérdida de tiempo a mis investigaciones y más siendo que observaba como ambos nos establecemos en Gravity Falls para luego iniciar una pequeña familia, con similar resultado gradualmente caía en lo mismo: desdicha, pena, recelo ante la insatisfacción de la vida que llevaba. Me separaba de quien era mi cónyuge para intentar tener algo de serenidad pero nada, con constancia me veía a mi otro yo sumergido en los recuerdos y los tormentos de su decisión, de la intensidad de aquellas discusiones; sobre lo que se dijo o no.
Al voltear a otro lado mis ojos se abrieron al encontrarme frente a la misma persona, esta hablaba o más bien vociferaba, me había tomado un momento procesar aquel cambio para que sus palabras hicieran sentido. "¿¡Quién va a querer estar con alguien como tú, Stanford!?" su semblante fue como una cachetada que ardió incluso antes de posarse con agravio en mi cara pero no pude musitar tan impactado por el constante recibimiento de información "¡Eres un maldito egoísta!" me apuntaba con acusación mientras proseguía con su alegato.
Cada sílaba sólo servía para afilar la estaca y al final cuando se clavó en mi corazón miré hacia abajo, al parecer nunca podría escapar de mí. De algo que yo nunca pedí. Entonces supe que mis adentros cuestionaban y mortificaban. El amor es un concepto tan complicado para una mente como yo, he presenciado finitas formas de demostrarlo y parece que no puedo entenderlo por completo, desde mi niñez hasta ahora, sigo pensando que no son más que frivolidades que todo el mundo pretende saber y manejar para luego juzgar a quienes intentan llegar a ella con simpleza.
En muchas ocasiones había sido testigo de sus demostraciones de mi padre hacía Stanley y mucho más consciente cuando eran para mí. Tantas veces escuché las expectativas, sus decepciones o simplemente sus pensamientos sobre nosotros y cada vez yo sentía la necesidad de aliviarlo pero sin dejar de lado a mi hermano, quería ser yo el que fuera lo suficientemente merecedor para que me dejara entrar en su vulnerabilidad y hacerle saber que tal como él me amaba yo lo amaba a él. Sus palabras hirientes… sí dolían, me hacían sentir insuficiente y tenían el mismo efecto en mi hermano pero… supongo que era su manera de demostrar que éramos importantes, que sabía que podíamos ser aún más amables.
Fue así como esta persona desvaneció y ventanas me rodearon para mostrar cientos de otras situaciones, no importaba cuán diferente fueran todas terminaban en desilusión "¿Ves a lo que me refiero?" Bill por fin decidió hacer su presencia de nuevo y con actitud irritada se mantuvo frente a mis ojos sin que las ventanas dejaran de girar a nuestro alrededor "Ellos no te apreciarían, seis dedos. Ellos son los egoístas, los fatuos que no podrían aguantar a alguien tan genuino com tú" con sus manos agrandó una de las ventanas que permanece inmovil para dejar ver la imagen "Incluso antes de mudarte aquí" apareció mi madre, luego mi padre, Stanley y otras personas con las que una vez crucé caminos "Ellos te hacen daño pero esperan que des todo por ellos sin chistar" suspiró "Y es por eso que esto es mejor para ti".
"Me tienes a tu lado, yo he visto lo que los otros no" ahora mudamos al espacio de siempre y me hizo sentar, una taza de té a la mano "Y me siento muy afortunado de que fueras tú quien me llamó y no un científico de pacotilla o algo por el estilo" volteó los ojos y yo solo reí, ajusté mis lentes con pequeño empuje de mi dedo índice y sorbí del líquido "Soy yo el afortunado, Clave. No es una ocurrencia diaria que un ser tan intrigante y sabio decida responder a tu llamado" pensé que la conversación iría a una más amena de inmediato pero Bill sólo me miró "Eres muy importante para mi, Sixer" yo no supe qué hacer o decir por la seriedad con la que lo decía "Te necesito… me encantaría poder estar en tu dimensión para pasar más tiempo contigo, ¿Sabes?" me erguí para poder por fin decir algo hasta que sus risas fueron lo siguiente "Quiero decir, a este punto eres como mi familia y eso es lo que todas esas cursilerías hacen" yo sonreí y asentí divertido a su elección de palabras "¿Tú también me necesitas como yo te necesito, seis dedos?".
"Yo te necesito, Bill".
Años después, parado en la proa con la vista en el extenso mar meditaba aprovechando que el otro Pines descansaba. Las ondas combinadas con sus reflejos inducían a un estado apacible pero persistía una oquedad distinta a las otras. El movimiento le recordaba a pensamientos y debates internos en su peor momento, donde se dejó arrastrar hasta la oscuridad y sufrir en ella.
Si se lanzaba era probable que encontrara el instinto de vivir, apenas si era visible debido a las estrellas que se veían a ellas mismas quietas, la madera bajo sus pies no crujía o parecía reconocerlo, un fantasma en pena que divaga en la gélida noche. Dio un paso más cerca del borde pero no se despojó de nada, el peso serviría. Pero con la mitad de sus pies suspendidos y la otra mitad todavía en el muelle se quedó así. ¿Cuánto tiempo pasó hasta que siquiera su corazón palpitó? Cuando recobró la conciencia se encontraba en su cama sin camiseta o alguna prenda para su torso, unas meras calcetas empapadas la única tela en su cuerpo que no fueran las cobijas que mantenían una temperatura aceptable.
A la mañana siguiente salió de la cabaña y caminó para adentrarse inconscientemente en el bosque, algunas criaturas que ya había estudiado se asomaban con timidez al ver la figura afligida del hombre, que actuaba con la naturaleza de un imán, llegó a una zona dónde los árboles contenían líneas peculiares que no dejaban de seguirle. Murmullos empezaron a saludar y decir insensateces, al tratar de ignorarlo cayó en cuenta del lugar en el que se paraba y se paralizó. Miles de ojos se clisaban en él sin parpadear, no contaban con un iris por lo que lo negro de la pupila lo hacía más tetrico y cómo si le leyeran los pensamientos, los mismos empezaron a manifestarse a lo largo de él hasta que no era más que un cumulo de estos órganos.
Había llegado a considerar sacarse los ojos, el simple hecho de recordar que contaba con esos orbes ocasionaban en su cuerpo las reacciones más desagradables, el rechazo inmediato a objeto parecido de manera metafórica o literal, en cualquier formato de información, al igual que la otra figura geométrica. Lo que antes era un paraíso en su vivienda ahora se comportaba como un infierno. Sus nudillos seguían en proceso de recuperación limitado pero su mente era un augurio incierto.
O veía sus muñecas que con palidez denotaban algo que había llegado a odiar y pensaba, que tal vez, con la ayuda de algunos instrumentos podía llegar a quitar esas cuerdas de todo su cuerpo, no importa el tiempo o cuán doloroso si significaba que Bill no sería capaz de usarlo nunca más. Qué importaba, si ya era ajeno a cualquier humanidad. Y lo intentó. Su manía por las cosas punzocortantes no era acomedida, si había la posibilidad de estar, estaba, sino; lo hacía a la fuerza. Como aquella vez, una de las tantas veces.
Era un momento como el otro, deambulaba por el bosque, ahora el ardor se flameaba entre las distancias de una flora a otra, la aberrante calma. Su cuerpo se mecía gracias a que los pies hinchados trataban de no sentir su condición además de apulismarse hasta que ya no pudo más y se sentó contra un árbol, se retiró los lentes para frotarse los párpados ya con la impresión de no estar lúcido. Al entreabrirlos asestó que el árbol que se empinaba hasta los cielos ya no lo era, un bloque astillado en su lugar rodeado de otras espinas como repuesto. Se arrodilló antes de ponerse en sus pies y caminar hasta que las puntas de sus zapatos tocaban las raíces liosas y volvió a ponerse de rodillas, sus manos posaron en el filo de este círculo, ¿Cómo es que podía ver con tal detalle si es que seguía sin los lentes puestos?
No había cabida para esa pregunta porque se encorvó y trajo su cara cerca… más cerca…aún más cerca. Repelía por instinto su rostro pero la palabra está ahí, instinto. Alusión macabra cuando el fino tejido no aguantó por mucho y se derramó en la madera hasta que por su anatomía impedía la ruptura, se apartó con complicada moción ya que algunas trataban de seguir en él y en una distancia ligeramente considerable. Vapuleó. Y el chasqueo no tardó. Paralizado rezumó con más corriente, las espinas se apropiaron de lo demás hasta engullir el último pedazo.
Abrió los ojos con apuro y refugió su cabeza para comprobar que seguía todo junto para salir de ahí sin espera. Fue solo un sueño.
Pocas interacciones con otras personas empeoraban sus delirios, unos desconocidos mañosos, tontos, faltos de criterio, narcisistas, roñosos… estaba 100% de que apestaban a Clave. Pero no haría evidente aquel ‘conocimiento’, con las manos y codos en la mesa daba la espalda a comensales y trabajadores, sabía que le observaban con esa maldita sonrisa y esos ojos del demonio. Repugnancia al que le tocó el hombro, su izquierda aprisionó la muñeca externa pero lo que vio fue miedo en pupilas normales y un cortocircuito ocurrió dentro de su lógica, el semblante se rugó cuando la mujer empezó a carcajear.
Le consecuentó otra mujer a unas mesas delante, para que como infección todas las caras alargaran. Sin control la suya imitó, el sudor plasmaba el pavor que la experiencia le daba, su derecha enganchó la mitad del rostro. Sus nervios se habían trabado al igual que sus cuerdas vocales con la misma calidad sonora que un fonógrafo. En las ventanas, palmas se azotaban contra esta superficie, sus ojos se movían raudos y en dirección contraria al complemento de su par "Todavía tengo mis ojos sobre ti, Stanford" hablaron al unísono "¡Qué mal que tú no tendrás ninguno!" y unas de las extremidades que golpeaban las ventanas las traspasaron y se abalanzaron contra él, con específico énfasis en estos. Se agachó y jaló de la mujer para poder salir del establecimiento.
¿Fue buena idea haber envíado esa postal? Lo hacía un blanco más fácil, no sabía lo que el supuesto secuaz de Bill podía hacer con tal de dar con él pero si estaba debajo de sus órdenes era sentido común que este ya supiera de su localización. No había manera de saber qué tácticas sería capaz de usar. Incluso podría ya estar en su casa y él no lo sabría.
Él era tan pequeño a su lado, podía caber en la palma de su bidimensional mano y pelar capa milimétrica por capa milimétrica para hacer lo que le diera la gana con la materia prima y los residuos. Goce previo en este momento repulsión por lo sentido. Al girar la manija y que la puerta le diera permiso para entrar todo contenía su esencia, desde los tapetes hasta el dinero que cargaba consigo, casi con el pecho tocando uno de los tapices se arropó e inhaló la intoxicante fragancia, la prensó en sus costillas y empezó a frotar su rostro contra el tejido. Al subir la cabeza ahora se suspendía por sus brazos semi extendidos, miraba el techo y las lágrimas brotaban. Todavía lo necesitaba.
"¡Wow!" Bill giró su bastón mientras seguía viéndome en el espejo "Te queda de lujo, tigre" arqueé las cejas sin dejar de sonreír "¿En serio?" giré mi cuerpo sin dejar de ver el espejo y ajusté el abrigo "¿Acaso me llamas mentiroso?" produjo sonidos de chasquido y ayudó en acomodar la prenda "Vamos, hombre… prácticamente eres la definición de romántico, Beethoven estaría celoso" esto me dio gracia y repuse mi postura ahora con los dedos ajustando el cuello, tenía que admitir que el traje era bastante refinado y tal como esperaba que un traje de época se sintiera.
"¿Listo para irnos?" se inclinó y quitó el sombrero que reciproqué con otra inclinación, caminamos hasta llegar al lugar del evento dónde los intelectuales más destacados de todos los tiempos esperaban con cócteles en mano y charlando entre sí. Al entrar tomé una copa y me acerqué a platicar con un grupo pequeño con la compañía de Bill, incluso con la magnitud de la revelación no sentía nervios, es más, estaba seguro de mí y en el fondo no me importaba que opiniones me darían en cuanto la cortina se desprendiera.
Al dar la hora ambos nos pusimos al frente y dimos un discurso, sus chistes no faltaron. Al jalar la cortina y que el portal se pusiera a la vista oí exclamaciones, hubo un silencio hasta que todos empezaron a aplaudir y preguntar su mecanismo mi sonrisa era tan grande que Clave empujó su codo contra mi brazo y sólo nos sonreímos antes de dirigirnos a los demás para responder sus dudas.
Al despertar no esperé para ponerme de pie e ir a trabajar en el portal.
Recuerda cuando su paladar captó el corroído impropio y jaló su labio superior que mostraban su dentadura colorada en el espejo, pasó un dedo para limpiarlos pero no indagó más, convencido de que Bill, al usar su cuerpo se metió en una pelea y que esto era una mezcla de sus fluidos con los de otros. Fueron varias veces que se repitió y que decidió aceptar su explicación. ¿Qué tanto había hecho mientras usaba su cuerpo? Por amor a Dios, las fotografías lo mostraban pero era un pedazo de algo más grande, que cosas tan repulsivas debió de haber sido capaz ese ser.
Durante los 30 años fuera de su dimensión la sed de venganza nunca palideció, al contrario, se volvió más fuerte con cada día que sentía su sangre hervir a cada mención de su nombre. Vivía por eso, tenía qué… para ver el día en que Bill Clave dejara de ser una amenaza para la realidad.
Pero nunca esperó que su derrota se diera en las circunstancias en las que ocurrieron. El ver a su hermano cabizbajo y ahora vacío tal como él solo añadió a sus culpas y aflicciones, ante sus ojos Stanley siempre fue fuerte, decidido y confiado. El otro lado de la moneda.Los días en que toda la familia e incluso Soos o Wendy ayudaban a que Stan recuperara la memoria avanzaban y con eso trataba de recuperar su vida, que ahora sabía que Stanley no le arrebató sino Bill.
Antes pensaba que debía dar todo para recibir lo mínimo, pero al regresar y obtener perdón… amor… Era difícil aceptarlo al principio pero la noche en que encontró fotografías viejas al igual que videos caseros de su niñez que entre los hermanos volvieron a recordar, algo cambió.
"No puedo creer que en verdad hicieras eso" se puso la mano en el estómago y rió, Stanley solo cruzó las piernas y los brazos antes de extender los últimos con un intento fallido de parecer molesto ante el comentario "¡Es comedia pura! Un cerebrito como tú no entendería mi desarrollado sentido del humor" aterrizó un golpe en el hombro de su gemelo "Vuelve locas a las nenas", "Oh, no lo dudo, completamente locas" asintió con burla en su manera de hacerlo.
Stan volvió a darle un golpe "Bruto" Ford se sobó antes de devolver el golpe con mayor fuerza, para estar justos "Nerd". Luego de un rato el sueño empezó a llegarles, Ford puso su cabeza en el hombro de su mano mientras las suyas mantenían el tazón en su regazo y al borde de sucumbir a este escuchó "Te quiero, Ford" un largo segundo transcurrió hasta que las palabras salieron de su boca "Yo también te quiero, Stanley".
La gente podía amarlo por quien era, no por cuan merecedor él podía hacerse de ese cariño.
Seguía con la mirada en el ancho mar recordando los detalles de toda su vida y con esa voz que le decía que aún seguía roto. "¡Ford, los niños nos están llamando!" Stan gritó al otro lado del Stan O’ War II "¡Ahí voy!" así hizo su camino no sin antes detenerse y voltear para volver a ver el mar, con una inhalación del salado aire susurró "No te necesito".
"¡Apúrate, Poindexter o sino te lanzaré por la borda!" el sonido de las gaviotas, empujó sus lentes más arriba y reanudó sus pasos "Hola niños, ¿Cómo están mis sobrinos favoritos?", "¡Tío Ford!"
(FILBRICK ERES UN PENDEJO, UN ESTÚPIDO IDIOTA, PITO FLÁCIDO, NADAQUEVERIENTO, FALTO DE CONEXIONES NEURONALES, MAMA HUEVO, CARCA DE MIERDA, INÚTIL, BUENO PARA NADA, CARA DE ANO, FIFE, FAN DEL TEMACH, OJALÁ TE HAYAS AHOGADO CON TU PROPIA MISERIA VIEJO TONTO)
Yea... for charity bill.....
This is idea is either really smart or really stupid but either way it feels worth sharing.
I was thinking about vampire Fiddleford and werewolf Stan and how well their monsters suited them. But then I started thinking about how Ford hadn’t really had a monster stuck with him, but then I remembered this quote from The Book of Bill
Sorry it’s so bad, I drew it while sleepy
First ever time drawing Stanford. Looks like he’s on drugs, which he probably is
Yes, it is my head cannon that he has taken a sexuality quiz at least once
This quote from the book of bill makes me imagine Ford’s reoccurring dream just being his ass taking one of those online “am I lgbt” tests
I squealed like an ugly bird
cringefail old men @handymanbill
I fucking love this gif
Ford is pretty wholesome for a monster fucker
Karaoke night~
Support me on Kofi!
It all makes sense now
Bro I was freaking out on the floor when I first read it
Wanted to draw that scene from The Book of Bill :D
I love the Plaidypus
Time to come back where we left off last - GHOSTS! I know you ain’t afraid!
Keep reading
Thanks a lot, I wasn’t a gravity falls fan when it released and I’m too broke to deal with scalpers
Today’s a special day! Today is not only Father’s Day, but Alex and Ariel Hirsch’s birthday! Let’s celebrate by cracking open your copy of Journal 3, prepping your blacklight and invisible ink pens, and jotting down everything here in the special edition so you can have a copy for yourself without resorting to eBay or shady second-hand Craigslist deals!
I was lucky number 02149 to get a copy of the special edition of Journal 3. Well, lucky as in “I could afford to buy it and pre-ordered it back in March the exact day I heard about it going on sale.” Still, I am PSYCHED to share this with everyone! Admittedly I didn’t take photos of every single page – only the ones with black-light effects that were more than ink spatters. Some I had to take [kinda big] pictures of individually, to be able to read the text properly, and others were multi-page spreads that I couldn’t resist capturing in their beautiful glowy glory.
Of course I’ll be captioning them all for you, in case you can’t download/read them. Also, there’s a few secret codes in here! But did you really expect anything less? Also also, this is a 9 page word document (not counting pics), so I’m splitting it up into 3 parts. Especially considering the size of these pictures.
Keep reading