EPIFANÍAS

EPIFANÍAS

Ocurrió cuando menos lo esperaba...

A finales de una tarde de invierno. La nieve se derretía. Unos días antes de dejar de salir completamente del sótano. Caminaba cada vez más lento, miraba las casas, las calles vacías del domingo, enero...Me di cuenta, por primera vez con tanta claridad (la claridad del aire de enero), de que aquello que queda al final no son los momentos excepcionales, tampoco los acontecimientos, sino precisamente los momentos en que no pasa nada. Tiempo liberado de su pretensión de excepcionalidad. Recuerdos de tardes en las que nada ha ocurrido. Nada, salvo la vida en toda su plenitud. El olor sutil a humo de leña, las gotas, la sensación de soledad, el silencio, el crujir de la nieve bajo los pies, la vaga desazón cuando cae el crepúsculo, lenta e irreversiblemente.

Ya lo sé. No quiero revivir de nuevo ninguno de los llamados acontecimientos de mi propia vida, ni aquel primero de mi nacimiento, ni el postrero que me aguarda por delante; son ambos igual de incómodos. Igual que lo son todas las llegadas y despedidas. Tampoco quiero revivir de nuevo mi primer día de cole, ni mi torpísimo primer polvo, ni mi llegada a la mili, ni mi primer día de trabajo, ni mi petulante bodorrio, ni...Ninguno de esos recuerdos me aportaría alegría. Los cambio todos, junto con los montones de fotos que los acompañan, por aquella tarde en la que estoy sentado en los escalones calientes a la puerta de casa, me acabo de despertar de la siesta, oigo el zumbido de las moscas, he vuelto a soñar con aquella chica que nunca se da la vuelta. Mi abuelo arrastra la manguera al jardín y el pesado olor a flores tardías asciende hacia los cielos. Nada es definitivo, nada ha sucedido aún. Tengo todo el tiempo del mundo por delante.

Lo insignificante y lo pequeño, ahí es donde está agazapada la vida, ahí es donde anida. Son curiosas las cosas que quedan brillando al final, el último resplandor antes de la oscuridad. Ni las más importantes ni..., uno no puede anotarlas o contarlas siquiera. El cielo del recuerdo se abre para aquel minuto del crepúsculo de un día de invierno en una ciudad lejana: tengo dieciocho años y de milagro me he quedado solo por un par de minutos, atravieso el enorme patio de armas del cuartel. (...)

Y bien, aquel momento en el que me quedé solo en el enorme patio de armas bajo un cielo vacío, en medio del aire frío impregnado del primer olor a invierno, a humo de leña y carbón que se desliza a hurtadillas desde el pueblo cercano, crepúsculo y premonición, por primera vez solo, por primera vez en otra parte, un leve frío, nubes frías. Y precisamente ese encuentro entre la desesperanza y la premonición (el año de la mili acababa de empezar), mezcladas con un cielo infinito, ajeno y hermoso, hermoso de manera ajena, hizo que ese minuto pareciera eterno. Ya sabía yo que no sería capaz de contarlo.

Evidentemente, puedo enumerar más camellos dorados como ese en la caravana infinita de los minutos. Tres o cuatro, como mucho. Pero intentaré relatar tan solo uno más. Final del verano, estoy frente a mi casa, el ocaso es infinito en la llanura, tengo seis años, las vacas regresan por el camino, primero se oyen sus cencerros lentos, los gritos del pastor, los mugidos que anuncian a sus crías que por fin regresan, el llanto en respuesta de los terneros...Sí, es un llanto, lo sabía incluso entonces. Igual que el llanto que brota de mí al instante cuando mi madre regresa de la ciudad para verme el fin de semana. Jamás el alivio y la acusación han estado tan cerca uno del otro como en ese llanto. Tan cerca como el llanto de los terneros y el llanto de los niños cuando se los abandona durante el día o durante unas semanas. (...)

En ese minuto (el recuerdo sigue igual de nítido), en ese minuto tupido de sonidos, vacas y olores, todo desaparece de repente, una grieta resquebraja el horizonte en su punto más remoto, el tiempo se retira y allí, en el fondo del ocaso, aparece un cuarto blanco de techos altos como jamás he visto, con una araña de luces y un piano. Y frente al piano está sentada una chica de mi edad a la que veo solo de espaldas. Tiene el pelo claro, recogido en una coleta, se dispone a tocar, tiene los brazos ligeramente alzados, veo sus codos afilados...Y ya está.

Nunca he sido más feliz, nunca me he sentido más completo y tranquilo que en aquel minuto sentado sobre la losa caliente a finales de mi sexto verano. (...) Me prometí en aquel momento que encontraría a esa chica. La busqué en todas partes, en todos los años que atravesé. Ninguna resultó tener su rostro. Siento que con el tiempo empiezo a rendirme. Me acostumbro. Ser viejo consiste en acostumbrarse.

• Gueorgui Gospodínov, "Física de la tristeza"

Fulgencio Pimentel. Trad: María Vútova y Andrés Barba

More Posts from Hoja29 and Others

9 years ago

Hay quienes dicen, que por cada mal entendido violento y derramamiento de sangre en la Tierra, un trozo de cielo se agrieta, y es el llanto de los niños la prueba…

ALBERTO B. (via escandalos-textuales)

Escribí esto hace unas semanas, qué curioso que hoy tenga tanto sentido… No sólo París, #PrayForTheWorld

(via escandalos-textuales)

3 years ago

Lunes, 29 de julio de 2020

22:33 h.

Ella me llama y no puedo detener su canto; y no puedo entenderlo. La hoja sobre la que escribe, la sonrisa sobre la palabra, la música entre mi ser... De par en par abriendo mi corazón.

4 years ago

Miérc., 10 de feb. de 2021

Y levantarme de golpe cuando la emoción aflore. Sentir cómo se asoma el horizonte en la última parte del camino, sensaciones que van improvisando el mismo juego con mis nervios. Y soy un manojo de nervios. Porque la mera acción puede reemplazarlo todo. Así de frágiles y sensibles son mis ideas cuando no entiendo lo que en el momento voy sintiendo, pero... ¡lo qué voy sintiendo! Entonces, en una sonrisa se me va la voz, por decir palabras, y la vida entera, por no gritar tu nombre.

6 years ago

CANCIÓN DEL MUNDO

Si alguna vez callásemos

como callan los árboles, las nubes

y las piedras, podrían escucharse

los árboles, las nubes y las piedras.

También en estas cosas se escucha una canción.

Y desde su silencio nos invitan

a creer en la voz que sin verbo habla.

Así,

mientras alguien fabula estrategias que calmen

su incertidumbre,

un lúgano le canta a la mañana

y el cielo le regala los colores del bosque.

Mientras alguien disfraza con plegaria su miedo,

un milano dibuja su vuelo entre las nubes

y esparce libertad.

Y mientras alguien busca con palabras

la respuesta que salve su alegría,

la primavera llega, tan callada,

y expande los secretos de la dicha.

El mundo nos entona su canción.

Una canción en blanco,

sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,

que de la nada viene y en todo se refleja.

Basta callar, dejar cantar al mundo

y oír su voz fugaz para entenderlo.

• Constantino Molina Monteagudo, de Las ramas del azar, 2015

• Edward Weston, retrato de Flora Chandler Weston

CANCIÓN DEL MUNDO
1 year ago
hoja29 - ®| Hoja29
hoja29 - ®| Hoja29
hoja29 - ®| Hoja29
hoja29 - ®| Hoja29
hoja29 - ®| Hoja29
hoja29 - ®| Hoja29
2 years ago
Lun., 18 De Jul. De 2022
Lun., 18 De Jul. De 2022
Lun., 18 De Jul. De 2022

Lun., 18 de jul. de 2022

5:18 p. m.

(...) Frente al mar, de cara a todo lo que he pensado, he pensado en ti.


Tags
4 years ago

Vier., 11 de dic. de 2020

De entre el cielo nublado, una sola estrella hace falta para encarnar tu presencia y armonizar el mundo. Es tan fácil prestar atención mientras alrededor tú vas sucediendo. Afuera aguardan los aromas infinitos de las flores; los colores proyectados por la sabiduría de la luz continúan constituyéndose en una gota para calmar la sed de los niños. Tú fuiste como uno de ellos que, maravillada, te  convertiste, pacientemente, en traductora de tu propia voz.

4 years ago

Sáb., 26 de dic. de 2020

Hay días que se cuentan solos, que no se pueden resistir y nos hacen sonreír por una muchacha. Ay, muchacha de mi vida, selva viva y fuego del alma, yo suspiro el mundo entero cuando te veo pasar. Me crecen nuevas flores en cada lápida de mi corazón, brotan de repente tallos elegantes, tiernos y rebeldes que se envuelven con los aires suaves de tu sonrisa, y hacen gritar al camino: Por acá está pasando la verdadera vida.

2 years ago
Vuelve A Pintarme El Silencio Con Tu Sonrisa (....)

vuelve a pintarme el silencio con tu sonrisa (....)

2 years ago

Tags
Loading...
End of content
No more pages to load
  • subliemefictie
    subliemefictie liked this · 2 years ago
  • kimkittysblog
    kimkittysblog liked this · 3 years ago
  • cuentaderecursosmlm
    cuentaderecursosmlm liked this · 3 years ago
  • ocasoinefable
    ocasoinefable liked this · 3 years ago
  • perro-sandia
    perro-sandia reblogged this · 3 years ago
  • malfadada-sim
    malfadada-sim reblogged this · 5 years ago
  • serenatia
    serenatia reblogged this · 5 years ago
  • nowantedgirl
    nowantedgirl reblogged this · 5 years ago
  • hoja29
    hoja29 reblogged this · 5 years ago
  • hoja29
    hoja29 liked this · 5 years ago
  • vaucasons
    vaucasons reblogged this · 5 years ago
  • vaucasons
    vaucasons liked this · 5 years ago
  • kampolikido
    kampolikido liked this · 5 years ago
  • jackprendoletto
    jackprendoletto liked this · 5 years ago
  • wastedddchild
    wastedddchild reblogged this · 5 years ago
  • malfadada-sim
    malfadada-sim liked this · 5 years ago
  • wastedddchild
    wastedddchild liked this · 5 years ago
  • siguebailandomiamor
    siguebailandomiamor liked this · 5 years ago
  • dstroyerspg
    dstroyerspg liked this · 5 years ago
  • cosechadehuellas
    cosechadehuellas reblogged this · 5 years ago
hoja29 - ®| Hoja29
®| Hoja29

Sueños absurdos en borrador

242 posts

Explore Tumblr Blog
Search Through Tumblr Tags