-A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación (…) Sólo recordamos lo que nunca sucedió.
Carlos Ruiz Zafón, Marina
“Justo a esta hora, en algún lugar del mundo, uno dice, otro calla, y dos sienten tanto, que aún sin decir nada, se les oye claro el corazón.”
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“Podría ser egoísta, regalarte mis confines, no dejar que nadie te conozca, pero entonces, amor, no escribiría. Y tú, tú no existirías porque estás hecho para presumir de ti. Podría prometerte una vida sobre nubes, decirte que todo irá bien siempre, asegurarte que no habrá viento que nos mueva, jurarte que no saldrá ningún daño de mis manos a tu pecho. Podría prometerte un amor seguro, un futuro atado con un lazo de purpurina, darte la dirección de nuestra casa que aún no existe, llevarte a cenar, adornarte el armario, invitarte de vacaciones. Las medidas exactas de nuestro futuro, una rutina sellada con la tinta del compromiso, pero las promesas son seres cobardes que posponen mentiras futuras. Yo prefiero decirte que mientras estés conmigo no volverás solo a casa, que la semana que viene daremos un paseo sin hora de vuelta porque lo espontaneo te hace una cara preciosa, que te quiero más qué ayer y quién sabe mañana. Mi amor, yo prefiero hipotecar mi vida en tus manos que la tranquilidad, no sabré a donde voy, pero sí con quién. Hacer del futuro nuestro presente, deshacerme de la rutina del reloj y pasearte por mi vida sin que importe la puntualidad. Yo prefiero mojarte el corazón cuando te duela, amarrarte a mí cuando vengan tempestades para que nos lleven, pero juntos. Curarte con cuidado y paciencia las heridas que pueda causarte en vez de marcharme. Responderte hoy, nosotros, cuando me preguntes qué quieres ser de mayor. Yo no te voy a prometer un futuro feliz y seguro, yo no voy a poder salvarte la vida siempre, yo no te voy a ocultar mis tropiezos y mis fallas. Yo no te voy a regalar un amor para siempre, yo te voy a dar un presente impredecible, yo voy a cruzar contigo todos los semáforos en rojo, yo voy a llorar contigo hasta cuando sea de ti. Yo voy a quererte de tal modo, que sientas que cada día que lo hago, lo estoy haciendo para siempre.”
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"Ojalá pudiera amarte con toda mi luz,
sólo con la luz,
con el brillo de todo lo que está bien.
Pero entonces tú no podrías amarme,
o me amarías incompleta,
y todas mis sombras
estarían faltas de ti.
Y algún día,
quizás y probablemente,
mis oscuridades te alcanzaran
y tú sintieras que soy mentira,
desde las viejas imperfecciones ocultas
hasta las viejas luminiscencias ya conocidas.
Ojalá pudiera amarte
sinceramente,
alejándote de mis defectos,
pero yo nunca me sentiría querida
ni honesta,
y tú no sabrías lo que es
que el amor se imponga
a pesar de todo."
“Busco palabras para saber qué me ocurre
para construirme un diagnóstico,
un hogar al borde de mi realidad,
un lenguaje que consiga explicar
esta mesa que sigue creciendo.”
No hace de falta de ojos para saber que eres bella.
“Tres mil latidos y doscientos litros de sangre”
Si pudiera multiplicarme pasearía contigo dándote las dos manos. Quiero decir, si pudiera ser dos yo, yo dos veces -entiéndeme- un alma repetida (…) colonizaría tu hoy y tu mañana, te esperaría donde estarías y donde querrías estar; te extrañaría viendo cómo tus besos crean goteras en mis pestañas (...) Si pudiera estar aquí y allá estaría en ti y en ti, prendería fuego a Troya mientras te regalo París, te miraría dormir y al mismo tiempo soñaría contigo (…) Si pudiera ser la misma en dos mitades, amor (…) limaría mis errores para que el tropiezo fuera suave y sería a la vez precipicio e impulso de todos tus miedos y sueños. Si pudiera, mi amor, convertiría todo lo que ahora es singular en plural. Pero no puedo, así que has de conformarte con lo único que puedo hacer: quererte -no el doble, ni por dos, ni al cuadrado, sino con la fuerza de un ejército de tres mil latidos y doscientos litros de sangre que queriéndote dar más de lo que tiene te da todo lo que es-.
Elvira Sastre, Baluarte
Juev., 15 de set. de 2022
He empezado a creer que correr hacia ti es herirme sin propósito. Que, aunque ya no me sale distinguirte entre las casualidades, nunca faltas en mis pensamientos. Y que no dejaré de quererte…, porque dejar de quererte es cerrar los ojos y no avanzar. Pero sigues tocando a mi pecho. Y yo solo soy el sueño que nunca duerme contigo. Te digo que el tiempo está volviendo incrédulo al silencio, pero que las probabilidades siempre saben mejor de una boca. Que no quiero ser más un cometa extinto en la inmensidad de tus ojos ni una estrella colapsada en el centro de tu sonrisa. Que he enterrado bajo tierra toda posibilidad de volver a verte, porque el amor no se duda; y si lo dudas, mejor vete. Que algo triste me sujeta la mano como diciéndote: «Despierta: quiero cuidar la herida a tu lado; no quiero que la vida la necrose por tanta espera. Porque las casualidades se nos están acabando. Y yo solo quiero despertar».
Mar., 13 de set. de 2022
Eloise, nadie viene. Nadie nunca vino. Todas se fueron. Jugaban un rato para distraerse y seguían su camino. Yo no les decía ni daba nada, Eloise. Ni siquiera las conocía. Tú me dijiste, cierto día simbólico de mayo, que solamente hay que dejarse matar una vez. Y yo creo que no moriré por nadie, pero seguramente moriré contigo.
Estoy en la banca de un parque. Quiero visitar parques para siempre, Eloise, porque los parques esconden mucha vida bajo sus copas arboladas. Y si fijas bien la mirada, en una mata de flores verdeadas por la vida, sentirás que el amor es inabarcable. Verás lo común. Y cuando sientas dimensionarlo de nuevo, reirás un poquito conmigo porque, de inmediato, sabremos que lo común es lo que embosquece nuestras sonrisas. Ahora no puedo reír porque ella no está, pero estoy demasiado feliz por ti y por Alberto.
Me ha sucedido algo extraño. Sé que esto te causará recelo, pero confía. He sabido cuidar mejor de mí desde aquel día en el que, entre lágrimas, me confesaste que tu corazón lloraba, que sangraba. Eso es algo que temo, Eloise. Esa sensación…, no la quiero volver a conocer nunca. Porque los corazones no lloran, pero el tuyo proscribe las mentiras.
Hoy, el mundo es raro. Pero estoy aprovechando los días. Hoy, por ejemplo, he despertado muy tarde porque he estado hablando conmigo. Porque hablar conmigo es otra forma de pensarte. Y yo trataré de abrazar la vida tanto como pueda.
No sé cómo estará ella, por cierto. Empiezo con esto. Desde que está de acá para allá con sus maletas no hemos podido intercambiar palabras, mensajes o, incluso, iniciar esas llamadas que, aunque no son las más largas del mundo, siempre resultan inamisibles para el corazón. (...)
“Estoy tan acostumbrado a estar solo. Ir por la vida sin esperar nada de nadie. Caminar solo hacia un lugar, Sentarme en un parque a pensar, Salir a comer sin necesidad de preguntar: “¿Estás libre el sábado?” Ir sentado en el asiento que esta al lado de la ventana del bus, Con el asiento siempre libre de al lado para que cualquiera se siente pero deseando que nadie lo haga. Estar solo para mí es un placer. Pero cada vez que camino solo, tengo ese vacío en el pecho de no tener a nadie al lado con quien hablar. O alguien sentada al frente mío cuando estoy en una cafetería, riendo de lo que me cuenta escondiendo mi sonrisa detrás del vaso de café. O sencillamente, cuando voy en el bus, y veo a los amigos hablando de los chicos o chicas que le gustan. O a las parejas, mirándose a los ojos en los parques pasando un lindo día. Me encanta estar solo, sólo qué, hay días en las cuales, No quiero estar solo.”
— (via ternurit-a)
“Hay un niño dentro que convive contigo, tú no puedes llorar porque has aprendido, pero ese pequeño jamás aprende, porque siempre se aprehende de los sueños y vive más con el corazón que tú con los desaciertos que has tenido. A él nadie lo consuela, pero llega un momento donde su llanto es incontrolable y tú no puedes hacer nada para callarlo. Es la voz frágil que mora con la inocencia…”
— Firthunands
“Si puedo evitar que un corazón sufra, no viviré en vano; si puedo aliviar el dolor en una vida, o sanar una herida o ayudar a un petirrojo desmayado a encontrar su nido, no viviré en vano.”
— Emily Dickinson
Lun., 5 de set. de 2022
6:50 p. m.
Navego tanto, entre la bruma y la palabra, que lo sencillo me resulta como un sueño donde siempre estás tú y al que constantemente quiero volver. Eres el claro; eres mi corazón infinito en un punto de no retorno del amor; (...)
Sáb., 3 de set. de 2022
12:00 a. m
Has pasado por el erial de mi vida y, de pronto, me ha superado este ardor del alma. Tengo agua, sustento, calor y cobijo, pero muero de ti desde hace mucho. Hoy es tres, pero parece un primero, a las seis de la tarde, donde solo puedo y sé pensarte como el déjà vu más bonito y aterrador de toda mi vida. Quizá sea septiembre y sus días extraños que he pasado extrañándote. Es preciso decirte que la comunión que hay, con las fuerzas afligidas de mi ternura que sobrevienen de mi corazón, me asegura que un latido florecido y algo bobo desea propasarse, correr hacia tus mejillas y, como nadie jamás en el mundo, estampar para siempre una sonrisa en tus labios que consienta su loca determinación de enamorado. Alguna vez, leí que “dejar de decir una cosa que es verdad es casi como mentir”. Y si hoy es el amor, donde nos dolía ya poco puede importar.
Dom., 14 de agto. de 2022
08:20 p. m.
Por cada corazonada, tengo tallado un sentimiento; por cada encuentro, tallada una sonrisa; por cada paso sin ti, tallado un abrazo; y por cada dolor, iré tallando mi alma…, en sangre y músculo para ti.
Sáb., 13 de agto. de 2022
12:34 a. m.
A plena noche, deslumbras: eres la aurora. La autora de mil torrentes de emociones. La única capaz de abrazar el corazón del invierno y verdear sus tempestades. Tu voz sublima los dolores más bonitos y estandariza el querer llorar... Tú pasas y el mundo no te mira, sino te ve. (...)
Vie., 12 de agto. de 2022
4:50 p. m.
Te espero fuera del perímetro de todos los dioses. En la guarida del olvido donde mi inocencia pinta parte de mi fe sobre el mundo. Soy el mendigo, el hazmerreír más bonito de todos mis miedos. () Mírame ante los ojos del mundo decir tu nombre. Estoy sufriendo todos los males de los profetas: buscando el vano perdón de dios en tus ojos, medicando a mis delirios en una sala casi olvidada por la humanidad. Si tú no vienes, si no me dices, si no me esperas, si nunca llegas… es lo de menos. Yo apago todos los incendios del mundo antes que a los de mi corazón. Nunca pretendí la salvación. Mis manos aún siguen frías, pero es la ciudad la que está en llamas y despide indiferencia. Mi voz ya no te alcanza ni traspasa ni te anima ni te causa nada. El rumor de una conversación se hace constante y empiezo a pensar que hablan de ti. Será mejor que salga a respirar el mar. El cursor deteriora mis manos, el silencio me envuelve entre sus mantos y la razón empieza a empatizar conmigo. Una risa salta y el cansancio parte del lugar antes que yo. Quiero escribir, pero el tiempo arde en sí mismo y empieza a partirse en minúsculos trozos de espera.
Segundo recuerdo
... rumor de besos y batir de alas... (G. A. Bécquer)
También antes, mucho antes de la rebelión de las sombras, de que al mundo cayeran plumas incendiadas y un pájaro pudiera ser muerto por un lirio. Antes, antes que tú me preguntaras el número y sitio de mi cuerpo. Mucho antes del cuerpo. En la época del alma. Cuando tú abriste en la frente sin corona, del cielo, la primera dinastía del sueño. Cuando tú, al mirarme en la nada, inventaste la primera palabra. Entonces, nuestro encuentro...
Rafael Alberti, Tres recuerdos del cielo
Lun., 8 de agosto de 2022
6:21 p. m.
Me invento, entre diccionarios, indicativos y subjuntivos, maneras tontas para extrañarte. Es un pasatiempo absurdo pero generoso. No son pretensiones groseras, solo cosas de un peregrino analfabeto que, cada noche, lleva a pasear el sentido y, por casualidad, da contigo. La pluma brinca, el papel cubre el rubor de las palabras y yo me largo a llorar a los brazos de un niño alado. No es posible el descanso cuando eres el impulso que a mi noche enciende. Hay tantas palabras, ecos y silencios, tantos amaneceres, ocasos y universos, tanta diversidad, profundidad y simpleza, tanta nada y existencia, tantos fotogramas, fotografías y recuerdos que me gustan tanto como tú. De otra forma, no sería posible mantener mi corazón caliente ni acompañado, ni siquiera vivo. Y aunque tu ausencia desacompañe mi silencio hoy, como un astro de esperanza, siempre renaces en mi más tierno pensamiento, en lo implícito, lo simple y lo irrepetible de mi más tierno pensamiento.
P. D.: Te admiro infinitamente.
Tanto tanto es todo que casi tanto tanto es nada (si estás tú)
Vi. 6 de agto. de 2022
02:50 a. m.
Soy el agua y tú el roce inesperado; la que provoca esta desatadura del alma. Vida, comoquiera, surtes efecto en mí. Mi piel trastoca a vibración con la sugerente y sutil onda expansiva de tu tacto. Tiemblan labios, tiembla el alma, tiembla mi ser completo sin ti. Esto, tan nuestro, tan de nosotras, no tiene ningún equivalente exacto en el idioma del mundo. Basta decir locura, acaso obcecación. A diario, la memoria es una avenida y mi dirección eres tú, a pesar de los otros, a pesar de ti, de mí… Echo en falta que me pases tú. Cada día, cómo echo en falta que me pases tú.
Mar., 2 de agosto de 2022
1:37 a. m.
Estos choques son reincidentes en mi pecho. Una vez más… sofocan, acaloran y sostienen, tiernamente, mi respiración, ahogando gritos tan certeros y directos hacia mi interior. El corazón me atrapa y yo le digo que, en mí, te sientes como esa mítica banda sonora que estremece mi conciencia y acompaña cada peculiar tono cinematográfico de mi anacoreta vida. No le basta y no es para menos. He dormido con el cariño entre los brazos porque es un desvalido que solo ha sabido extrañarte. Fuiste su epifanía más apasionada; y yo, que aún estoy aprendiendo a pronunciarte, ya te preciso como a la sangre y a mis pensamientos más furtivos. He tratado de dimensionar las consecuencias de esto con claridad y sin certezas, pero parece que, dentro, cada una de las connotaciones del amor son cimentadas con tu existencia(...)
De todos los ojos del mundo, elijo los míos cuando tu los miras
- Elvira sastre
De las mañanas esta es una de mis cosas favoritas,caminar por aquí
Juev., 28 de jul. de 2022
6:50 a. m.
Hoy todo es lluvia o llovizna o, singularmente, tú. Perder la conciencia se parece a despertar en tus ojos. Y escribirte, a verte y sentirte con toda mi alma, a desarticular el pensamiento mientras la llovizna me atrapa, en medio del gentío, pensando en ti...
Tú surcas el mundo entero en cualidades inimaginables, el mundo no palidece si estás tú. Absorbes mi alma: ya no preciso engañarme. Exhalas vida de esos labios en la medida en que acentúas esa incesante fuerza expresiva del sentimiento que tanto me embelese…, esa que tanto admiro y amo. Admito que has hipnotizado cada “nada es para siempre” que ha salido de mi ingenua boca, pero no me agito, pese a que, en mi corazón, ya no hay quien le componga los latidos mejor que tú. Tú llegas y abrigas hasta el rinconcito más frío de la estancia. Dime… a quién le podría importar si fuera llueve o no, si el diluvio viene contigo y se va abrigando mi corazón.
¿Quieres andar, un ratito, por la playa conmigo hoy?
Enviar.
Sáb., 23 de jul. de 2022
3:27 a. m.
Me evado de mi propia concepción del mundo y mis preceptos se van a la mierda. No he vivido en absoluto. En mi interior se libera un juicio novelesco en el que tomas mi alma y me absuelves de toda esta ruinosa vida sin ti a mi lado. Mi corazón pronto será una supernova de tanto figurarte estrella. Yo, simple mortal, con un cegador ángel en la mente. Demasiado atrevimiento, incluso para el lenguaje. Pero en mi interior se desata un cataclismo sin resolución, así que he bautizado a mis latidos con tu nombre. En mí, eres incurable… Quiero escucharte mil veces hasta aprenderte, respirar tus pueblos y sobrevivir tus besos, contagiarme de todos tus males para comprender tus incendios. Terriblemente bello es este insomnio; e incansable, la memoria.